Uruguay se encuentra en una encrucijada energética que podría cambiar el curso de su política de biocombustibles. Después de haber abandonado en 2021 la obligación de mezclar un 5% de biodiesel en el gasoil, el país está considerando volver a incluir este biocombustible en su matriz energética. Esta decisión, que se encuentra en estudio por parte de la estatal Ancap y su filial Alur (Alcoholes del Uruguay), podría tener implicaciones significativas para la industria, los productores agrícolas y los consumidores.