Con el fin del aislamiento preventivo obligatorio, la industria petrolera del país se ratifica aún más como la pieza clave en la reactivación económica
PORTAFOLIO - COLOMBIA


a través de la inversión extranjera directa, el abastecimiento de combustibles, la generación de recursos de regalías, derechos económicos e impuestos, y de oportunidades laborales y encadenamientos productivos en las regiones de operación.

En diálogo con Portafolio, Francisco José Lloreda, presidente Ejecutivo de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP) aseguró que, con el fin de viabilizar las operaciones del sector que le inyectarían recursos a la economía nacional, se requiere trabajar en algunas medidas como ajustar las tarifas de gasoducto y oleoductos; culminar la regulación técnica y ambiental para el desarrollo de los proyectos exploratorios offshore en 2021, y avanzar en los proyectos piloto de fracking.

¿Cuál es el balance en los dos primeros años de gobierno?

Los resultados han sido positivos. Se han tomado una serie de medidas que han reactivado el sector petrolero. La puesta en marcha del Proceso Permanente de Asignación de Áreas (PPAA), las normas que permiten agilizar procesos contractuales, la firma de los contratos offshore, la reforma al Sistema General de Regalías (SGR), la Ley de Financiamiento que permite la competitividad fiscal, y la conformación de una comisión de expertos para que evaluaran la viabilidad de los no convencionales y que recomendó los pilotos, han permitido la reactivación de la industria.

¿Cómo sorteó el sector la pandemia y la caída de precios, y qué terminó por afectar la industria?

No solo la caída en los precios, sino el decrecimiento de la demanda a nivel mundial de más del 30% como consecuencia de la covid-19, desaceleró la operación del sector en el país. Ante la coyuntura, y en una primera fase, examinamos con el Gobierno una serie de medidas para evitar el colapso de la industria petrolera a nivel nacional. Estas fueron dictadas por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) que aliviaron en gran parte la asfixia que sentían las empresas por un nivel de precios que no les permitían desarrollar la operación. Les generó alivios en caja. La reapertura de algunas actividades económicas a finales de abril permitió el respiro.

¿Cuáles son los beneficios propuestos por el Gobierno para reactivar la industria?

La ANH permitió el aplazamiento de varias obligaciones, y las medidas de contingencia del Gobierno para atender la crisis sanitaria, le permitieron a la industria petrolera tener más flujo de caja. Sin embargo no se tomaron en cuenta propuestas que hizo el sector para aliviar los costos de operación como la revisión y ajuste de las tarifas de transporte por oleoductos y gasoductos. Continuamos trabajando con el Ejecutivo en otro paquete de medidas para hacer más competitivo el sector en la región.

¿Cuál es el presente del sector petrolero del país?

El sector petrolero del país está hoy en una mejor condición que en abril y mayo pasados. Y están listos para aportar en el proceso de reactivación. La disminución en las inversiones programadas en exploración y producción (E&P) en el presente año cayeron. De los 60 pozos exploratorios previstos para el 2020, a la pecha solo se han perforado 13. Y una producción proyectada en 900.000 barriles promedio día (bpd), en junio se dejaron de producir cerca de 200.000 bpd, y no es claro cuál será el volumen de producción al finalizar el año. Ojalá esté por encima de los 800.000 bpd. El sector sigue en la tarea de establecer como mantiene su reactivación.

¿Con la coyuntura de la pandemia, que afectó las tareas petroleras, cómo quedaron las inversiones?

En este momento el sector, pese a la difícil situación de la industria petrolera en el país, tienen previsto invertir en este año US$715 millones. Estos recursos sin contar las inversiones que tiene programada Ecopetrol. Hemos hecho un análisis de proyectos pendientes por ejecutar hasta el 2022 (en sísmica, pozos exploratorios y pozos de producción) y están por el orden de US$1.730 millones.

¿Qué viene para el sector en lo que resta del 2020?

El precio del barril se ha venido recuperando debido a que los países meten el acelerador en sus reactivaciones económicas. La demanda de crudo a nivel mundial viene en recuperación. Hasta el 2022, el sector tendrá el mismo nivel de dinamismo que registraba antes de la caída de precios y la pandemia. El precio del barril a final de año podría estar por encima de los US$50, lo que permitirá darle más aire a la operación petrolera.

¿Hay ambiente para una reactivación a fondo del sector petrolero?

El mecanismo de oferta de bloques en el país permite que todos los días las empresas petroleras oferten. Esa es la gran ventaja que tiene para la operación el PPAA. Para desarrollar el potencial de crudo y gas natural que posee el país, se necesita que entren muchos recursos. También que lleguen nuevas empresas. Pero en la última década ha quedado al descubierto que la participación del sector privado en el sector se ha reducido significativamente. En su momento las petroleras privadas llegaron a producir 300.000 bpd, hoy llegan a los 150.000 bpd, que es alrededor del 20% de participación en la operación hidrocarburífera del país.

¿Cuál es la propuesta del sector petrolero al Gobierno para reactivar aún más la industria?

Hemos propuesto una serie de acciones para impulsar la industria, y de paso para ayudar a reactivar la economía del país. Con el Gobierno se ha definido una agenda de trabajo en los dos años que quedan de mandato, para impulsar la ejecución de proyectos petroleros que están pendientes, sino además mejorar las condiciones de competitividad, para que no solo llegue más inversión, y así darle más dinamismo a la industria. Las líneas de acción propuestas son: la viabilización de las operaciones, fortalecer la competitividad, y el desarrollo de los proyectos pilotos de fracking en los YNC.

¿En que va el tema de la intervención a las tarifas de transporte por oleoductos?

Le solicitamos al Gobierno que avance en su revisión. Tomó en cuenta una propuesta nuestra para que se desarrolle un estudio el cual buscará fórmulas para corregir la metodología. La regulación actual lleva a que la tarifa que se aplica, prácticamente termine ‘upaquizada’. También se le pidió que ordene una auditoría a la manera como las empresas de transporte están aplicando la regulación en la fórmula.