En principio, en el Acta Final de Foz de Yguazú (1966), los gobiernos acordaron que se pague al Paraguay el “justo precio” por el excedente que tendría en la futura central hidroeléctrica. Los negociadores del Tratado lo embutieron en 1973 en el costo de la central, que luego de muchos reclamos fue enmendado. En 40 años, en promedio, recibió solo US$ 4,3/MWh cedido.