Casi una década después del Acuerdo de París, la transición global de las energías fósiles a las renovables avanza lentamente y las inversiones anuales en capacidad renovable deben triplicarse, de 570 mil millones de dólares en 2023 a 1,5 billones de dólares en 2030. Según un informe de Valor Econômico , el informe de Irena revela que el G20, responsable de más del 80% del consumo energético, depende de combustibles fósiles para más del 70% de su matriz, destacando Brasil con alrededor del 70% de su matriz. del 50%.
La COP29 no aportó avances significativos, lo que frustró a quienes esperaban medidas más contundentes en materia de combustibles fósiles. La dependencia global de estos recursos, junto con la creciente demanda proyectada por la Agencia Internacional de Energía, dificulta la rápida sustitución de las fuentes fósiles. El sector petrolero, que generó alrededor de 3 billones de dólares en 2023, sigue siendo sólido, pero la demanda de petróleo descarbonizado, donde Brasil es competitivo, está creciendo.

Brasil apunta a aumentar su producción de petróleo, pero también reconoce la necesidad de diversificarse hacia fuentes renovables, invirtiendo en combustibles de aviación sostenibles y diésel renovable. La transición energética debe equilibrar la pérdida de empleos en los sectores fósiles con nuevas inversiones, y los eventos climáticos extremos podrían acelerar este cambio, con proyecciones que indican un impacto del 18% en el PIB global para 2040. China ya está demostrando avances, con el 85% de su nueva capacidad de generación de energía a partir de fuentes renovables en 2023.

Fuente: Valor Económico