La energía no parece ser uno de los sectores que cambiará significativamente su forma de funcionar como consecuencia de la crisis del Covid-19. Aunque las medidas de confinamiento provocaron un desplome de la demanda de combustibles a escala mundial, con efectos muy disruptivos en la logística de la industria y los precios, la lenta recuperación de las actividades en las principales economías tenderá a devolver al consumo a niveles relativamente normales.
En la Argentina la cuarentena provocó impactos severos en la actividad sectorial. En abril, la producción de petróleo cayó un 9% interanual, mientras que las ventas de naftas y gasoil se contrajeron un 44%. La agenda sectorial de los próximos meses, sin embargo, debe estar más ocupada en lidiar con los problemas sectoriales previos a la crisis del Covid-19, que se arrastran desde hace varios años. [...] En los años recientes, la consolidación de las técnicas de explotación de recursos no convencionales en Estados Unidos y su fenomenal impacto en la producción y la extensión a otros países le dio a la industria de los hidrocarburos argentina una nueva oportunidad: Vaca Muerta.

La formación shale de Vaca Muerta muestra un potencial de reservas y producción de petróleo y gas ya probado que, si fuera desarrollado plenamente, permitiría revertir la tendencia declinante de la producción y alcanzar niveles suficientes para abastecer al consumo local y exportar petróleo y gas en cantidades muy relevantes. El desarrollo de Vaca Muerta, sin embargo, está condicionado por factores internos y externos. Entre los internos, debemos señalar la política económica en general y el marco re- gulatorio específico sectorial. Las inversiones en petróleo y gas son muy grandes y requieren de horizontes muy largos de recuperación. La inestabilidad macroeconómica, los controles cambiarios, el congelamiento de los precios, las rigideces del mercado laboral, los costos logísticos, son todos factores que conspiran contra el desarrollo de Vaca Muerta. Sin una macroeco- nomía en orden, la expansión de la producción de hidrocarburos estará muy limitada. En el plano sectorial, el marco regulatorio presenta desde hace años indefiniciones en cuestiones centrales, que le agregan riesgo a los proyectos de inversión.

¿Quién regula la actividad petrolera? La Constitución y las leyes indican que las provincias ejercen el dominio petrolero y, por ende, son sus autoridades las que resuelven y controlan los permisos de exploración y las concesiones de explotación. El Gobierno Nacional, sin embargo, tiene un enorme poder en el plano de los precios, el comercio exterior, inversiones, impuestos. La regulación bifronte por momentos no se coordina, y eso perjudica las inversiones. ¿Cómo se definen los precios del petróleo, sus derivados y el gas natural? Aunque en principio las normas determinan la libertad para la fijación de los precios en el segmento de exploración y producción y en el mercado de los combustibles líquidos, en los hechos el sector ha estado sujeto a una suerte de “regulación sucia” de los precios, a través de múltiples instrumentos informales de corto plazo.

Sin una perspectiva clara de cómo se determinan los precios, será difícil que los proyectos se concreten. ¿Hay libertad para exportar e importar petróleo y derivados? ¿Cómo se aprueba un proyecto de exportación de gas natural? [...] ¿Cuál es el rol de YPF? ¿Es una empresa como las demás o es una herramienta de la política estatal para el sector? YPF ha sido utilizada como herramienta de políticas públicas que, en muchos casos, perjudicaron a la industria y a la propia empresa. [...] En definitiva, la Argentina necesita construir reglas adecuadas, estables y duraderas, que despejen estas dudas estructurales respecto al modo de funcionamiento del mercado y la industria de los hidrocarburos local. No se trata solo de darles beneficios y/o subsidios a las empresas productoras, que luego no se pueden sostener fiscalmente. La industria local debe ser capaz de crecer, competir con el mundo y trabajar con costos y precios consistentes con los internacionales.

Si lo logramos, el premio será importante: destrabar Vaca Muerta como activo a escala global traerá inversiones, empleo, un abastecimiento energético local seguro y competitivo, recursos fiscales y una mejora notable en el comercio exterior y el ingreso de divisas a la economía.

Fuente: La Nacion - Argentina