Un satélite capturó la entrada en la atmósfera del meteoro, que desató diez veces más energía que la bomba atómica de Hiroshima.

NASA / GSFC
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El 18 de diciembre de 2018, una gran bola de fuego explotó sin previo aviso a unos 26 kilómetros de altitud sobre el mar de Bering. La explosión desató aproximadamente 173 kilotones de energía, más de diez veces la provocada por la bomba atómica sobre Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial. Esto significa que fue la más potente desde que un meteorito atravesó los cielos de la localidad rusa de Chelyabinsk hace seis años, provocando un millar de heridos por los destrozos causados por la onda expansiva. Sin embargo, en esta ocasión nadie se enteró al ocurrir en medio de las aguas frente a la península rusa de Kamchatka.

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