El Gobierno anunció que en cuatro meses se lograrán resultados, según declaraciones del ministro del sector, César Navarro
FUENTE: EL DIARIO

Luego que la empresa estatal minera Huanuni se quedara sin resguardo por más de una semana, tras la salida de la empresa de vigilancia, el ministro de Minería, César Navarro, informó a ANF que efectivos militares y policiales regresarán al lugar hasta el fin de semana para tomar el control de la seguridad en el marco de un plan estratégico de largo alcance de lucha contra el juqueo o robo de mineral. El ministro indicó que el plan estará acompañado por el Ministerio Público y la administración de justicia, para evitar que los jucus detenidos salgan en libertad con facilidad, así como por un efectivo control de los ingenios y las empresas comercializadoras que son señaladas de comprar estaño robado y fomentar el juqueo. Navarro aseguró resultados efectivos contra el juqueo en cuatro meses.

Por contar con un sistema de control desordenado, vacíos legales, falta de seguridad, complicidades, indisciplina de algunos trabajadores, entre otros factores, Huanuni se convirtió en una empresa ideal para el robo de mineral concluyó recientemente una investigación periodística de Fernando Cantoral.

IMPLICACIONES El robo de mineral nunca afectó tanto a la EMH como en la actualidad. Guillermo Dalence, exgerente de la empresa, estima que la pérdida mensual por el robo es de dos millones de dólares o al menos una tercera parte de su producción. El ministro de Minería, César Navarro, cree que es de un millón al mes; la dirigencia de los trabajadores habla de más de dos millones. Pese a que no hay una cifra oficial, todos coinciden en que el saqueo es millonario, y continúa pese a que el presupuesto para seguridad fue en aumento en la última década en la que se invirtieron casi 10 millones de dólares.

De 2006 a la fecha, cuando la mina pasó a la administración del Estado, las autoridades no hicieron lo suficiente para contrarrestar el juqueo, tal vez lo más honesto en este escenario son los letreros de ingreso a la bocamina principal que recuerdan a los trabajadores que robar mineral es un delito.

DESCONTROL Los puntos de ingresos descontrolados, la complicidad de policías y trabajadores, el aumento súbito de la nómina, la inexistencia de un organismo estatal especializado de control, la falta de valoración del problema de la seguridad como prioridad y hasta el precio en ascenso del mineral, han favorecido a la formación de redes delictivas que se benefician con millones por el robo de estaño.

El robo de mineral siempre ha sido parte de la historia de Bolivia desde la época de la colonia. Los estudiosos cuentan que los mitayos (mano de obra indígena) después de trabajar para sus dueños, sacaban para ellos una quipina o quipi (mochila) de mineral, consistente en unos 23 kilogramos, a fin de compensar el salario magro. Cuentan que este rescate permitido degeneró posteriormente en el robo de minerales, que es tan corriente hasta nuestros días, como ocurre en Huanuni.