Tras la Cumbre de París, todos los ojos se han vuelto hacia el sector energético, por eso uno de los más contaminantes, y en concreto sobre la industria del carbón.
Fuente: Energia 16

Sin embargo, y a pesar de las implicaciones medioambientales, ésta no será la principal razón por la que esta fuente de energía vivirá "un declive, pero largo", según indicó Carlos Fernández Álvarez, senior cola analyst Gas de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés). De hecho, la principal razón para el descenso del consumo del carbón será China, que ya en 2015 dejó de ser, en favor de India, el principal importador de carbón a nivel mundial. El gigante asiático, que ha sido durante los últimos años el responsable del 80 por ciento del crecimiento de la demanda de carbón, el consumo se ha frenado, al igual que su economía. "Lo nuevo es el cambio en la economía china. Un tercio del carbón se destina a infraestructura y construcción y ha habido un parón. Es lo que realmente ha hecho que el consumo del carbón se pare", explica Fernández Álvarez.

Y todo ello ha hecho que los precios del carbón estén en mínimos de 2006, por debajo de los 45 dólares. "Durante el plan quinquenal 2006-2010 en China se invirtió en carbón 2,5 veces lo que se había invertido anteriormente durante la República China", indica el analista de la IEA. Eso ha producido una sobrecapacidad de 2.000 millones de toneladas, que es "la principal razón de la caída de los precios". Y el gigante asiático está apostando por la diversificación energética. El país, al igual que India, hará una apuesta importante por las renovables. En concreto, están proyectados 20.000 megavatios de energía hidráulica y eólica y 15.000 MW de solar. Además, "más de la mitad de la nuclear en construcción en China".

Pero, hay otras razones para el declive del carbón, como la expansión de la capacidad exportadora en los principales países exportadores, la revolución del shale gas y la caída de los precios del gas, con el que compite el carbón, la devaluación de las monedas de los países exportadores o la caída de los precios del petróleo, que ha llevado a un descenso de los costes. Sin embargo, esta no es una circunstancia que afecte solo al carbón. "Todas las commodities están a precios bajos y es más por la macroeconomía que por las políticas climáticas", explica Fernández Álvarez. Lo que va a durar, ya es otra cuestión, opina el analista de la IEA, ya que "no valoramos bien la capacidad de la industria para reducir costes". Y lo hará, ya que a pesar de que India ha aumentado considerablemente su consumo, no supondrá una revolución como la china.

Para el futuro, la IEA maneja dos escenarios. Uno en el que la demanda de carbón tocó techo en el año 2013 y a partir de entonces "ha habido un cambio de paradigma que se aceleró en 2015" y continuará. Y otro en el que caerá de 2014 a 2016 y volverá a rebotar a partir de 2017 para tocar situarse por encima del consumo de 2013 en el año 2020. Además, habrá un cambio en los principales países exportadores de carbón, con Colombia superando a Estados Unidos como cuarto mayor vendedor de carbón a nivel mundial.