Hace seis años Miguel Galuccio primero convenció a Chevron para que invierta en Vaca Muerta, la formación rocosa argentina.
Fuente: Cronista
  
Ahora, como CEO de la compañía independiente Vista Oil & Gas, este hombre de 51 años está abriendo el camino para los rivales y todavía impulsa a Argentina a replicar el éxito que tuvo el auge del shale norteamericano. Vista el mes pasado recaudó u$s 100 millones en la Bolsa de Nueva York, semanas después de convertirse en la primera compañía en exportar petróleo no convencional desde Vaca Muerta, considerada la cuenca de shale oil y shale gas más prometedora fuera de EE. UU. “Los inversores se mueven en manada y las manadas siempre tienen un líder”, dijo el ingeniero en petróleo. “Marcamos el camino en lo que es acceder a un nueva clase de dinero, que fue en realidad lo que creó el boom del shale en EE. UU. ”, contó refiriéndose al rol clave que tienen de las compañías independientes. Además, Argentina tiene la ventaja de “beneficiarse permanentemente de las lecciones que aprenden en Estados Unidos”. Argentina tiene un largo camino por delante para alcanzar los niveles estadounidenses de producción de petróleo crudo, que hace poco superó los 12 millones de barriles diarios (b/d) tras haberla duplicado en la última década. Sin embargo, con cerca de 2000 millones de barriles de reservas de petróleo -y unos 27. 000 barriles de potenciales recursos en Vaca Muerta-, y con la confianza de que los yacimientos de shale de Argentina son comparables a formaciones como Eagle Ford o Bakken en Norteamérica, el gobierno apunta a duplicar la producción de 500. 000 a 1 millón de b/d y el gas natural de 1,4 trillones de pies cúbicos a 3,5 TCF en 2023.

“Se está produciendo una sigilosa revolución de productividad en Vaca Muerta que podría marcar el rumbo hacia una gran explosión de producción de hidrocarburos en los próximos cinco años”, dijo Walter Stoeppelwerth, director financiero en Portfolio Personal Inversiones en Buenos Aires. Agregó que eso podría “revolucionar la dinámica de la deuda, la balanza de pagos y el desempeño fiscal de Argentina”. De hecho, Vaca Muerta es uno de los pocos puntos positivos en una economía que se vio golpeada por una severa crisis cambiaria en 2018.

La producción argentina de shale gas creció un 90% el año pasado, aunque las perspectivas para un mayor incremento de la producción de gas se ven limitadas por la falta de gasoductos y plantas de licuación que harían posible exportar atravesando largas distancias. Mientras tanto, la producción de shale oil, cuyo continuo crecimiento no sufre las mismas limitaciones, aumentó cerca de 55% el año pasado y se espera que alcance los 100. 000 b/d a fines de 2019. Cualquier incremento adicional en la producción de petróleo no convencional podría ser casi totalmente para exportación, y colocar a la Argentina rumbo a competir en producción petrolera con Brasil, que hoy cuatro veces superior. “La inversión en Vaca Muerta podría ser parabólica” después de las elecciones presidenciales de octubre, aseguró David Tawil, presidente de Maglan Capital, un hedge fund dueño de Madalena Energy que opera en Vaca Muerta. Según él, para Argentina una mejor analogía que EE. UU. es Colombia, que duplicó su producción de petróleo entre 2004 y 2014.

“En un período similar, Vaca Muerta probablemente triplique su producción”. Pese a la presencia de varios gigantes petroleros -como ExxonMobil, BP, Royal Dutch Shell y Total- el ex secretario de energía Jorge Lapeña mencionó que las principales diferencias con EE. UU. incluyen las limitaciones de financiamiento, la falta de infraestructura y los mayores costos de producción. Pero los grandes jugadores siguen adelante. Shell y Exxon anunciaron su intención de reforzar las operaciones en Vaca Muerta y la semana pasada, ConocoPhillips adquirió 45% y 50% de dos bloques de Vaca Muerta operados por Wintershall. El grupo alemán a principios de este año anunció que invertirá u$s 600 millones en esos bloques en los próximos tres años. IHS Markit pronostica que la inversión de capital en Vaca Muerta crecerá entre 10% y 15% interanual durante la próxima década, que de u$s 1500 millones este año pasará a más de u$s 8000 millones en 2029.

Daniel Gerold, de G&G Energy Consultants, cree que los fundamentos para invertir son convincentes: la productividad “muy atractiva” de la roca en Vaca Muerta y el acceso barato a los terrenos en Argentina pesan más que las desventajas de la mayor carga impositiva. Aun así, para maximizar el potencial de Argentina y competir con EE. UU. , sería esencial una reforma tributaria y quitar las restricciones a las exportaciones. Pero para que Argentina atraiga más compañías, la barrera que significa el limitado acceso al capital -con un diminuto mercado de capitales local y muchos inversores internacionales aún desconfiando de Argentina- sigue siendo insuperable para muchos, especialmente para las empresas más chicas.

Traducción: Mariana Oriolo