Un experto revisó las medidas necesarias para potenciar la producción del yacimiento de petróleo y gas no convencional, que aparenta ser un as bajo la manga para escapar a los vaivenes económicos y recuperar la autosuficiencia energética.
TNS LATAM
  
Vaca Muerta está en boca de todos, pero ¿por qué es tan importante para el desarrollo económico de Argentina y qué se está haciendo para que este yacimiento sea efectivamente una gallina de huevos de oro?
 
Descubierto hace casi 90 años, recién en 2012 se confirmó el potencial de esta zona de exploración, que representa 40% del gas y 60% del petróleo no convencionales del país, además de ser la segunda reserva de shale gas del mundo y cuarta de shale oil.
 
“Desde hace dos años, tanto la eficiencia que se ha logrado en menores costos y la productividad como reservorio han sido comprobados. […] Se consiguieron los resultados que confirmaban el potencial. Eso hace que sea interesante para cualquier inversor”, dijo a Sputnik Alejandro López Angriman, vicepresidente de Desarrollo de Reservas de Pan American Energy, empresa argentina especializada en la exploración y producción de hidrocarburos.
 
De esta manera, con inversiones en infraestructura para el transporte vía gasoductos (para consumo interno y hacia países limítrofes) así como para su exportación marítima, Argentina dejaría de tener un gasto para pasar a tener un producto que mejore su balanza comercial, aseguró el experto.
 
“Puede reducir el gasto en las importaciones en un 20% del presupuesto corriente nacional y aumentar las exportaciones en otro 20% en el corto plazo, lo cual es una posibilidad tangible de desarrollar un recurso que ya ha demostrado que es económico a los valores actuales de los hidrocarburos”, dijo López Angriman. Según un estudio publicado este año por el ministerio de Energía y Minería, Vaca Muerta aportaría un crecimiento económico de 5% a 2030 y una expansión anual de 0,4% del PBI.
 
La autosuficiencia está dependiendo hoy de un gasoducto adicional, con una inversión del orden de los 1.000 a 1.200 millones de dólares, que conecte durante todo el año Vaca Muerta con los principales centros de consumo: Buenos Aires, Córdoba y Rosario. Con esto Argentina dejaría de necesitar gas importado en épocas de alta demanda como el invierno, cuando todavía sigue comprando a países como Bolivia por la vía de gasoducto y gas natural licuado a Angola y Trinidad y Tobago.
 
“La industria demanda verlo en construcción”, dijo López Angriman. “Esa sería una excelente señal para incentivar las inversiones, que no van a llegar hasta que no haya una medida clara de que si se perfora el gas no quede cerrado. Sin esas líneas de exportación o de ‘midstream’ [ sector que incluye el transporte por tuberías, ferrocarril, barcaza, o camión, el almacenamiento y la comercialización al por mayor de productos crudos o refinados derivados del petróleo] a ninguna compañía le es atractivo invertir para no poder comercializar sus productos”.
 
El geólogo, con más de 25 años de experiencia en la industria petrolera, aseguró que el gasoducto ya está diseñado y que solo depende de la decisión del Gobierno acerca de cómo sacarlo a licitación, aunque es una obra que no debería tardar más de un año.
 
“Hoy YPF está bajando su inversión en gas y trasladándola a petróleo en Vaca Muerta porque entiende que el sistema [de transporte de gas] está colapsado y que no va a tener durante todo el 2019 capacidad de meter gas adicional en el sistema”, dijo López Angriman.
 
Para impulsar la exploración y extracción de hidrocarburos, el Gobierno decretó en agosto de 2017 la reducción o eliminación de los impuestos a la importación de maquinaria usada para este fin, por un plazo de dos años.
 
“Por su cantidad y gradiente tecnológico, en diversos casos, los bienes en cuestión no pueden ser provistos por la industria local, en los tiempos y calidades que requieren los procesos del sector”, lee la publicación en el Boletín Oficial.
 
“Otra cosa que necesitamos es tener un marco de precios que permita cierta previsibilidad para estos proyectos que son a largo plazo, de 10 o 20 años”, argumentó. Explicó que para el transporte regional se puede establecer de antemano un gobierno de precios a partir de la extensión de la red de gasoductos, mientras que para lo que sea exportacion maritima el precio se duplica debido al proceso necesario (de gas a líquido y viceversa), que tiene precio internacional como el petróleo.
 
“Después de abastecer el mercado local y los regionales (Uruguay, Chile y Brasil) hay muchos recursos para exportar ese gas licuado a otros mercados como el chino, que es una aspiradora en la importación de estos productos. Lo pueden comprar de Australia, de Qatar, entonces, para que lo compre de Argentina, nosotros tenemos que tener un precio competitivo”, insistió el experto.
 
En este sentido, el Gobierno se encuentra en la búsqueda de inversores para desarrollar la recuperación del Tren de Cargas Norpatagónico, para apalancar el desarrollo productivo de las zonas de explotación, así como conectar Vaca Muerta con el puerto de Bahía Blanca, permitiendo reducir los costos logísticos que influyen en el precio final del producto.
 
Por otro lado, el Poder Ejecutivo se encuentra en negociaciones con los gremios involucrados en la explotación y transporte de estos hidrocarburos para considerarlo un recurso esencial y una política de Estado, limitando el derecho a huelga como ocurre con rubros como el agua, la luz, el gas, el transporte de pasajeros y la salud.
 
“Si la carga de costos laborales va a hacer que el producto no sea competitivo, el mercado va a comprar al que le venda más barato y Argentina no lo va a poder vender. Eso lo han entendido más actores (sindicatos, gobiernos locales, accionistas) que en otros momentos de la historia de la industria en el país”, aseguró López Angriman.

El gas de Vaca Muerta está cruzado por un dilema. Hay cómo seguir incrementando la producción, pero esta posibilidad choca de frente con la capacidad de transporte y la necesidad de explorar nuevos mercados para colocar el fluido.

Con la producción en 70 millones de metros cúbicos por día (MMm3/día), en los ductos troncales queda una capacidad instalada en torno a los 7 MMm3. Es lo que podría sumar en poco tiempo un desarrollo masivo no convencional adicional y así poner en problemas a los ductos del transporte en la hipótesis de que ese gas sea comercializado.

Este contexto es el que plantea interrogantes a futuro sobre el gas no convencional. En parte, ya tuvieron una primera respuesta de las petroleras, que se refugiaron en el crudo, una opción atrayente mientras el Brent no siga bajando.

Para el gas hay soluciones de baja escala y a corto plazo, como las que ya están en marcha. Por un lado, las exportaciones a Chile. Son un destino necesario, pero como solución necesitaría otro contexto. Neuquén podría inyectar por los gasoductos Gas Andes y del Pacífico unos 15 MMm3 adicionales. Es atrayente, pero no una solución de fondo.

Para el corto plazo también está el anuncio de YPF de que en el primer tramo del 2019 instalaría una barcaza para licuefacción en Bahía Blanca. Así, llevaría unos 2,5 MMm3/día a ese punto del país, para eventualmente reinyectarlo con destino interno o bien exportar a través del Atlántico. Es decir, las alternativas inmediatas son de volúmenes acotados, como también lo sería el reemplazo del 15% del gas convencional que deja de producirse todos los años a manos del no convencional.

El gobierno neuquino, según pudo averiguar +e, mide una posible alternativa petroquímica con inversores. Y para eso sería crucial la llegada del Tren de la Norpatagonia, a la hora de bajar costos logísticos y de transporte.

De los grandes proyectos, al margen de los anuncios, todavía no hay grandes novedades. Uno de ellos marcaría un antes y un después: el de TGS para unir Neuquén con el Gran Rosario, un destino que implicaría posibles conexiones residenciales, generación eléctrica con gas, al margen de habilitar un paso previo a la exportación a Brasil.

Las soluciones de fondo, sobre todo la construcción de nuevos ductos, implicarían un horizonte no menor a tres años para el gas de Vaca Muerta.

No por nada las petroleras comenzaron a subir de marcha con la producción de crudo, con YPF a la cabeza.

Es la opción, en un contexto de precios atrayente del barril, hasta que las obras sustanciales del gas comiencen a surtir efecto y sean una garantía.