El Gobierno pretende alcanzar las primeras aplicaciones de energía nuclear para el sector agrícola hasta 2019 a través de la culminación de la Planta de Irradiación Gamma que pretende culminar hasta 2021. Los especialistas consultados en este medio descartaron consecuencias perjudiciales para la salud y los empresarios agrícolas esperan que el proyecto sea socializado en el corto plazo.
FUENTE: LA PRENSA

La directora General Ejecutiva de la Agencia Boliviana de Energía Nuclear (ABEN), Hortensia Giménez, explicó –el viernes durante la firma de contrato para los centros de medicina nuclear– que la planta se encuentra en una tapa de diseño y licenciamiento. Precisó que la iniciativa forma parte del Programa Nuclear Boliviano, cuyas instalaciones se edificarán en el Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear ubicado en el distrito 8 de la ciudad de El Alto, donde, además, se construirá el edificio nacional Ciclotron-Radiofarmacia y el Reactor de Investigación Nuclear.

La inversión para el proyecto es de 300 millones de dólares, sin embargo, se prevé que ese monto registre variaciones, tomando en cuenta que el presidente Evo Morales solicitó que la infraestructura sea la más grande de Sudamérica, sostuvo Giménez. La Planta tiene como objetivo incrementar la productividad agroindustrial a partir de la tecnología de la irradiación gamma, indicó Giménez.

Por otro lado agregó que la tecnología contribuirá al mejoramiento genético de semillas, con mutación inducida y aportará a mejorar la calidad y fertilidad de suelos, control de insectos y plagas, entre otros aspectos. Mientras tanto, el físico y analista Francesco Zaratti descartó efectos adversos tanto para la salud o los suelos, producidos por la irradiación, porque “las dosis radiactivas son bajas”. Aseguró que los suelos no intervienen, porque la irradiación se la realiza sobre los alimentos elaborados, listos para ser exportados. “Se trata de técnicas universales, empleadas desde hace muchos años”, concluyó. A su turno, Giménez afirmó que Bolivia se encuentra en una etapa en la que se aplica “una tecnología madura” y que dicho proyecto cuenta con el apoyo del Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas.

Por su parte, el gerente general de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Edilberto Osinaga, informó que aún desconoce el avance del proyecto de implementación de irradiación gamma en el área productiva, no obstante, afirmó que solicitará un acercamiento con la ABEN para conocer los alcances de dicha tecnología. A su turno, el presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Marcelo Pantoja, dijo que la tecnología, aplicada en países como Argentina, Perú y México, entre otros, se usa para la desinfección de productos e inocuidad alimentaria. Sin embargo, considera importante un acercamiento con el Gobierno para conocer a profundidad los aspectos que se están tomando en cuenta para la aplicación de ese tipo de radiación en el país.

SEÑALAN BENEFICIO PARA EXPORTACIÓN Para el físico Francesco Zaratti la finalidad de la aplicación de la radiación gamma es esterilizar productos orgánicos destinados a la exportación cumpliendo los estándares de calidad exigidos por los países de destino. Por tanto, asegura que el beneficio será para los exportadores de determinados productos. Sin embargo, considera que hacer coincidir las plantas de irradiación con las fronteras por la cuales se exportan los productos nacionales, significaría la dificultad de la puesta en marcha del proyecto.

“Por ejemplo, si se trata de la castaña de Pando, debe haber una planta de irradiación gamma en la frontera con Brasil y no en La Paz, en cuyo caso encarecería el costo del transporte”, afirmó. En cuanto al aspecto técnico de la radiación gamma sobre las semillas y lo alimentos, Zaratti explicó que se trata de la aplicación de dosis bajas, inocuas para los humanos pero fatales para bacterias que pueden residir en los productos ya que “quedarían totalmente exterminadas por la irradiación”. Para el experto el uso de la tecnología, “sólo garantiza sanitariamente la calidad de los alimentos.