El presidente despide al 25% de sus altos cargos en un arranque de año marcado por la inflación.
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Mauricio Macri tuvo un arranque de año mucho más complicado de lo esperado. La oposición, muy debilitada, se está tratando de rearmar. El año acabó con una polémica reforma de pensiones que provocó graves enfrentamientos entre manifestantes y policías en el Congreso. El dólar sube desde entonces, algo que siempre asusta a los argentinos. Y la inflación no da tregua, con nuevas subidas de luz, combustible, sanidad privada. En este contexto, el presidente estaba bajando en las encuestas y ha decidido tratar de frenar esa sangría con un gesto simbólico: ha congelado su sueldo y el de unos 500 altos cargos –lo que equivale a una bajada de salario fuerte en un país con un 25% de inflación-, ha ordenado despedir al 25% de los cargos de confianza del Gobierno, y prohíbe que los ministros puedan tener parientes en el Ejecutivo.

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