Viernes, 22 Diciembre 2017

La kilonova, descubrimiento del año

La revista ‘Science’ destaca la primera observación de luz y ondas gravitacionales de una fusión de estrellas de neutrones.

Las antenas del telescopio ALMA, en Chile, uno de los que se usaron para captar la fusión de las dos estrellas de neutrones.
ELPAIS.COM

Hace 130 millones de años, cuando los dinosaurios aún dominaban la Tierra, dos estrellas de neutrones colisionaron en la constelación de Hidra. Eran tan densas que cada cucharadita de astro pesaba unos mil millones de toneladas. El choque produjo un estallido de ondas gravitacionales que deforman a su paso el espacio-tiempo, el material del que está hecho el universo. El pasado 17 de agosto, el interferómetro láser del observatorio LIGO en Hanford (EEUU), uno de los instrumentos científicos de mayor precisión del planeta, captó las ondas gravitatorias producidas por aquel cataclismo, muy debilitadas tras su largo viaje intergaláctico. Segundos después, telescopios espaciales observaron un potente estallido de luz justo en la dirección de Hidra. Era la primera vez que se observaba una fusión de estrellas de neutrones y se hizo usando tanto la luz como las ondas predichas hace más de un siglo por Albert Einstein.

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