Los ojos del mundo estaban puestos este martes en Cataluña y, por encima de todo, en el hombre que unió su destino personal a la causa de separar a esta próspera región del resto de España.
BBC Mundo

La presión sobre el presidente catalán, Carles Puigdemont, era enorme: por un lado el gobierno español le exigía "volver a la legalidad", dar un paso atrás y no declarar la independencia tras meses de tensiones y enfrentamientos. Por otro, los sectores más duros del independentismo le reclamaban una declaración unilateral con efectos inmediatos.

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