El menor crecimiento económico y el traspaso de clientes regulados a libres se traduciría, según expertos, en que el gobierno podría rebajar el volumen de la subasta eléctrica para distribuidoras fijada en 4.200 GWh.
Fuente: El Mercurio
‎ ‎ ‎‎   
El director de Electroconsultores, Francisco Aguirre, comentó que clientes informados han decidido contratar de manera directa con generadoras (mercado libre), dejando de comprar a las distribuidoras. Esto, en busca de tarifas más convenientes que llegarían hasta un 25% de descuento.
 
Si estos clientes regulados se están pasando a libre, obviamente baja la demanda y afecta las proyecciones de demanda de las distribuidoras, y si el fenómeno sigue extendiéndose, las licitaciones previstas por ciertos volúmenes deberán rebajar esas cantidades”, señaló.
 
Agregó que a este fenómeno se suma el discreto crecimiento de la economía, ligado fuertemente a las perspectivas de consumo eléctrico residencial e industrial a pequeña escala.
 
La gerente de la consultora Energética María Isabel González comentó que “si se mantienen los precios libres más bajos que los regulados al 2023, lo que es súper probable, podría revisarse el volumen de la licitación. Todavía es muy temprano para asegurarlo, pero sí es una posibilidad”.

 

Próximos desafíos del mercado eléctrico chileno

Fuente: Electricidad Interamericana 

Por Axel Levêque, gerente general de Engie Energía Chile

En 2016 se marcó el rumbo de la transición energética para Chile y varios factores incidieron en ello. Hace dos años los esfuerzos estaban orientados en la Hoja de Ruta de la Energía 2050, mediante la cual el Gobierno fijó las directrices del sector para las próximas décadas y estableció, entre otras prioridades, alcanzar un sistema eléctrico más limpio, más competitivo y con una relevante participación de energías renovables.

En ese marco, el año pasado sucedieron varios hitos que marcaron un punto de inflexión para nuestro sistema. Luego de un acertado diagnóstico de la situación y un intensivo trabajo legislativo, se promulgó la Ley de Transmisión, que tiene como principal objetivo robustecer el sistema de transmisión de energía desde Arica a Chiloé y favorecer la generación de una energía más limpia y a menor precio.

En la misma línea, durante 2016 se llevó a cabo un proceso de licitación de suministro eléctrico para el consumo regulado de las empresas distribuidoras en el que las energías renovables, en particular las tecnologías eólica y solar, irrumpieron como un actor preponderante, con una multiplicidad de actores y ofertas muy competitivas, en comparación con licitaciones de años anteriores.

Los resultados de esta licitación responden a una tendencia internacional en que los costos de inversiones en tecnologías renovables han caído de forma sistemática. De hecho, durante 2015 más de la mitad del crecimiento de la nueva generación mundial fue renovable, con una alta relevancia de las tecnologías eólica y solar (75% del total) y con China como actor principal del desarrollo de este tipo de proyectos.

Avances como los descritos han sido celebrados de forma transversal, no obstante es importante destacar que este proceso de transformación energética nos impone varios desafíos.

En primer lugar, se hace indispensable avanzar en la regulación para acompañar de la mejor forma la penetración futura de energía renovable intermitente. El renovado contexto hace indispensable un marco regulatorio claro y capaz de sostener las reglas del juego que imperarán en el futuro.

En ese sentido, un gran desafío tiene que ver con el respaldo y previsibilidad de la generación asociada a los vientos. El sistema de predicción actual presentará desafíos significativamente mayores pues tendrá que gestionar altos niveles de incertidumbre respecto de sus aportes. Evitar las incertidumbres que podrían generarse respecto de la energía eólica significará, al mismo tiempo, disminuir eventuales riesgos asociados para el funcionamiento seguro y económico del sistema.

Otra tarea pendiente tiene relación con los servicios complementarios que se necesitan para que en el futuro las energías renovables intermitentes se desarrollen positivamente en el mercado energético nacional. Se trata de una discusión necesaria y que se hará cada vez más urgente. El reglamento actual de servicios complementarios se hace cargo de las condiciones en un sistema con poca intermitencia de corto plazo, lo que cambiará drásticamente con las nuevas tecnologías. Hoy los servicios ligados a la flexibilidad del sistema no están aún definidos ni remunerados, siendo un punto crucial en el que se debe avanzar durante 2017.

Otro punto no menos relevante tiene que ver con la correcta planificación de la transmisión, aspecto clave para asegurar un positivo aprovechamiento de las energías necesarias para el sistema. Además, el Coordinador Eléctrico Nacional deberá resolver distintos aspectos para asegurar una exitosa interconexión del SING y el SIC a partir de 2018, todo con el objetivo de desarrollar un sistema de operación, económico, seguro, sostenible y capaz de hacer frente en forma anticipada tanto a la evolución de las fuentes de generación y su ubicación, como a la evolución del consumo de electricidad. Entre los factores a considerar está, por ejemplo, la problemática de los plazos de desarrollo de los proyectos de transmisión, que en la actualidad demoran hasta tres veces más que los de las ERNC, con todos los costos y riesgos que esto involucra.

Las tareas de 2017 para nuestro sector serán, sin duda alguna, las más desafiantes del último tiempo y el mercado debe adaptarse a esta nueva realidad.

El proceso de transformación requerirá de múltiples esfuerzos de todos los participantes del sector para que la transición sea consistente, asegure un futuro energético robusto y seguro para Chile, que augure una exitosa participación en tendencias futuras tan relevantes como la integración energética a nivel regional.