La Gobernación prevé que en tres años la economía de Cochabamba se dinamizará con la ejecución de una decena de megaproyectos valuados en 241 millones de dólares.
Fuente: Opinion
   
Las obras, que están en diferentes niveles de implementación, son ejecutadas por la Gobernación y el Gobierno, a través de entidades estatales intermediarias como la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) y otras.
 
La mayoría de los grandes proyectos que, de acuerdo al gobernador Iván Canelas, “le cambiarán el rostro al departamento” entre 2019 y 2020, son energéticos.
 
Exactamente siete están en ese ámbito. Se trata del proyecto eólico de energía renovable Qollpana (Pocona), la termoeléctrica Entre Ríos (Chapare), las hidroeléctricas Misicuni (Quillacollo), Ivirizu (Carrasco), Banda Azul, San José y Molineros (las tres últimas ubicadas en el Trópico). En suma, todos demandarán un presupuesto aproximado de 1.577 millones de dólares y aportarán 1.129 megavatios (unidad de medida de energía eléctrica).
 
La octava obra a la que apuesta la Gobernación es la construcción de la doble vía El Sillar.
 
Serán 28 kilómetros que costarán 426 millones de dólares y estarán concluidos en 2019. El financiamiento lo dará el Gobierno de China.
 
El noveno proyecto millonario es el Tren Eléctrico Metropolitano de Cochabamba, cuya construcción iniciará en marzo de esta gestión.
 
Canelas detalló que es una obra “llave en mano” (la adjudicataria asumirá todos los gastos y cobrará al concluir la obra) en la que se invertirá 504 millones de dólares.
 
Finalmente, el décimo plan de gran impacto para la región es la edificación de la Villa Olímpica, valuada en 34 millones de dólares.
 
A criterio de Canelas, solo con Misicuni, el tren y las dobles vías, “Cochabamba será otra”.
 
RETO

En adelante, el reto de esa instancia departamental es “hacer gestión”, porque el presupuesto que tiene no es suficiente para avanzar con los diferentes megaproyectos.
 
“Tenemos que gestionar recursos económicos adicionales, como créditos del nivel central e internacionales, además de donaciones. Eso hemos ido haciendo a lo largo de 2016 y, gracias a ello, hemos conseguido 47 millones de dólares para Misicuni”.
 
En respaldo, el secretario departamental de Planificación, Filemón Iriarte, manifestó que, pese a las limitaciones económicas, la gestión pasada se ha demostrado que se puede captar dinero de instancias como Huawei, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y demás.
 
CAMBIO Para Iriarte, la base socioeconómica de la Llajta cambiará en al menos tres años. Solo con el Tren Eléctrico Metropolitano, la incidencia será en múltiples ámbitos, la calidad de vida por ejemplo, debido a que la población demorará menos en llegar a sus fuentes de trabajo y, por ende, habrá menor estrés. Por otra parte, a su criterio, los costos de producción de las empresas locales reducirán porque como ya no habrá congestionamiento vehicular, transportarán más pronto su producción y su competitividad incrementará.
 
Iriarte explicó que “actualmente Cochabamba tiene 270 mil vehículos y la tasa de crecimiento anual es de 13 por ciento ”, por lo que el transporte “atomizado” ya no es sostenible.
 
Iriarte prevé que, a la larga, “tendremos un solo pasaje para transportarnos a los cuatro puntos cardinales de Cochabamba. Ese será uno de los cambios fundamentales en la metrópoli”. Asimismo, Canelas e Iriarte resaltaron que en el proceso de implementación de las obras se recurrirá, en cierta medida, a mano de obra y materiales locales.
 
Instaron a la población a que, más allá de preocuparse por la cantidad de regalías que recibirán cuando los proyectos estén concluidos, piensen en la nueva imagen que tendrá el departamento.
 
Cifra
 
Uno de los mejores años para Cochabamba,
 
en cuestión a
 
presupuesto fue 2013 porque manejó más de 622 millones de bolivianos para obras.
 
47 por ciento Menos presupuesto
 
El presupuesto de la Gobernación de Cochabamba para la gestión 2017 redujo en 47 por ciento , por lo que prevé buscar otras fuentes de financiamiento para la ejecución de los proyectos en los que está coparticipando.
 
Se desconoce si redistribuirán dinero generado por proyectos Fernando Salazar
 
Docente investigador IESE
 
Las inversiones que el Gobierno hace en el sector público del departamento son, en su mayoría, de carácter social. Aunque hay otras que se enfocan en el sector agropecuario, particularmente del Trópico de Cochabamba, como las plantas de banano, palmito, frutas, Papelbol, Lacteosbol, entre otras. Sin embargo, hay que resaltar que ninguno de esos proyectos contempla la redistribución de los ingresos que generen. Por ejemplo, en el tema de agua, lo único que se conoce es que cuando el Proyecto Múltiple Misicuni empiece a operar, en mayo de esta gestión, se replicará el modelo de impuestos, categorizaciones y demás que usa la Autoridad de Agua Potable y Saneamiento Básico (AAPS), pero no se habla de generación de recursos económicos para la Gobernación. Por tanto, las cuestionantes que surgen es qué porcentaje de ganancia será para los municipios o la Gobernación, a cuánto equivale y con cuánto se quedará el Estado boliviano.
 
El panorama es similar en el tema de urea o los proyectos hidroeléctricos, si bien nos dicen cuánto van a producir, no nos dicen cuántas regalías ingresarán. Al parecer, todos los ingresos se centralizarán en el Estado, aún no tenemos información sobre la distribución.
 
Esperemos que las políticas que se definan para el uso de los recursos generados por los megaproyectos que se ejecutan en Cochabamba aporten al desarrollo local.
 
El hecho de que la Llajta sea sede de algunos megaproyectos creo que tiene que ver con decisiones políticas, además de condiciones geográficas. Lo primero porque las hidroeléctricas del Trópico generarán riqueza para las bases políticas de Evo Morales, como en su momento lo hizo el expresidente Bánzer para Santa Cruz.