El Gobierno argentino mantiene el dólar bajo para evitar un estallido social.
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En Buenos Aires casi todo el mundo está acostumbrado, pero a los extranjeros les sigue sorprendiendo. La ciudad se colapsa a diario con un corte de tráfico total que dura horas. Mauricio Macri había prometido que acabaría con ese caos, pero lo cierto es que cada día empeora. El Ejecutivo amenazó con disolver por la fuerza esos cortes, pero nunca se atrevió ante el riesgo de revuelta social. Frente al Ministerio de Trabajo todos los días hay cortes, bombos y petardos que a un observador descuidado le pueden parecer un tiroteo ensordecedor. Duran horas. El clima de protesta social, muy alto en Argentina, va creciendo poco a poco.

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