Los pequeños y medianos comerciantes recurren a esas dos monedas por las ventajas competitivas de sus mercados. El dólar y el euro tienen un menor flujo. Importadores piden proteger lo nacional
FUENTE: EL DEBER

Empujados por la caída del precio internacional del barril de petróleo, la reacción de Brasil y Argentina para hacer frente a la crisis fue devaluar sus divisas y con ello rebajar los costos de sus productos. Los comerciantes bolivianos tomaron nota de este fenómeno y empezaron a comprar más reales y pesos argentinos con el objetivo de aprovechar esa coyuntura. En un recorrido por las principales casas de cambio del centro cruceño, se pudo conocer que el real es la moneda con más demanda, a pesar de la inestabilidad política del vecino país.

Desde la casa de cambio La Catedral explicaron que son los reales los que tienen un mayor flujo de venta y que los mayores clientes son pequeños y medianos comerciantes que se dedican a la importación de distintos productos fabricados en Brasil. Similar criterio tuvieron desde la casa de cambio Zeballos, donde indicaron que la venta del peso argentino en comparación con el año pasado ha disminuido y el real es el que tiene más demanda. Para el especialista en comercio exterior Rolando Paz, la compra de divisas extranjeras siempre tiene un comportamiento coyuntural y estacional. “Con la devaluación de las monedas de esos países, su producción es más barata en comparación con la boliviana, algo que beneficia a los importadores y que aprovechan esta situación”, señaló Paz. De acuerdo con la casa de cambio Holanda, el aumento de la compra de reales se empezó a notar desde principio de año, ya que durante el 2015 el predominio fue del peso argentino y en menor medida del dólar.

El encarecimiento de algunos productos argentinos de acuerdo con la casa de cambio M&M es una de las explicaciones de por qué los comerciantes prefieren el real. Preocupación nacional Javier Challapa, presidente de la Federación de la Mediana y Pequeña Empresa de Santa Cruz (Fedemype), indicó que la demanda de reales y pesos argentinos en su gran mayoría corresponde a personas dedicadas al contrabando. Challapa lamentó que el Gobierno no tenga una participación más activa para frenar esta actividad ilegal, que en principio perjudicaba a la industria textil, pero que ahora su impacto negativo alcanza al sector de la madera, a los productores de alimentos y a otras áreas productivas del país. “Una muestra del daño que puede hacer el contrabando es el cierre de Enatex que tuvo apoyo financiero del Gobierno”, indicó Challapa