Jose Ramón Valente, director ejecutivo de Econsult, afirma que éste y el próximo año Chile dilucidará si sigue por el camino reformista del Gobierno o "madura" y vuelve atrás para retomar la senda del libre mercado.
Fuente: Bolsa Mania
   
La elección presidencial de 2017 será clave para el futuro de Chile. Ahí se definirá si el país sigue en la senda de reformismo que ha impulsado el actual gobierno de Michelle Bachelet con medidas que afectan el crecimiento, o bien recapacita y vuelve al sistema de libre mercado, el cual le ha dado progreso a Chile durante los últimos 30 años. Ese es el debate que plantea el socio y director ejecutivo de Econsult, José Ramón Valente. LEA TAMBIÉN: Fidel Castro: "No necesitamos que el imperio nos regale nada" Banco Central de Chile rebaja estimación de crecimiento para 2016 Para el economista, lo que está viviendo Chile ahora es una etapa de adolescencia que creyó en el slogan de la Nueva Mayoría, con la teoría de que el modelo de desarrollo del país estaba agotado y que el principal problema era la desigualdad, y que por ello, se debía avanzar hacia un Estado más fuerte, en desmedro del mercado. No podemos echarle la culpa ni al crecimiento mundial ni al precio de cobre, porque en épocas anteriores hemos sido capaces de crecer con escenarios adversos. Por tal razón, indica en entrevista con Pulso, que en las próximas elecciones se verá si esto “fue un ciclo y, por lo tanto, un desbande adolescente de una democracia relativamente nueva, que probó al igual que los adolescentes prueban experiencias nuevas, y se dan cuenta que fueron un poco irresponsables, y vuelven atrás para hacerse adultos. Si este fuera el caso, la herida que nos habrá causado este Gobierno nos hará aprender”.

Afirma además que el crecimiento para este año será de apenas 1%, y que si el Ejecutivo inicia la discusión de la Reforma Constitucional afectando el derecho de propiedad, el país arriesga una recesión en 2017. - La proyección que tiene Econsult para el PIB 2016 es 1%, una de las más bajas del mercado, ¿qué está detrás de este pronóstico? - Si uno analiza lo que pasó en 2015 la inversión privada estaba igualmente deprimida, pero no tanto el consumo. Eso ahora comenzó a cambiar, ya que si bien la inversión sigue igual, el consumo comenzó a mostrar una tendencia decreciente. Esto tiene que ver con el deterioro de la calidad del empleo, el menor crecimiento de los salarios y la persistencia de la inflación. Así, si uno observa estos datos, no se ve que las expectativas, tanto de consumidores como de empresarios, se puedan recuperar en el corto plazo. - Este menor crecimiento y recorte en las expectativas, ¿se debe principalmente a lo que ha pasado a nivel interno o algo hay de efectos de la economía global? - La economía mundial está creciendo a un nivel de 3%, China a 6%, y si bien los precios de los commodities han bajado, el último tiempo han tendido a estabilizarse. Entonces, cuando se compara el panorama externo de este año con 2015 no es diametralmente peor.

Ni tampoco más malo que el que se vio durante las crisis asiática y subprime. E incluso a principios de los 90, la economía chilena tuvo un crecimiento alto, con un precio del cobre que estaba en torno a US$ 1 la libra. Entonces no podemos echarle la culpa ni al crecimiento mundial ni al precio de cobre, porque en épocas anteriores hemos sido capaces de crecer con escenarios adversos. El cobre nos puede pegar un shock por una vez, pero justificar tres años de mal crecimiento por ese factor no es sostenible, por lo que tenemos que buscar otra explicación. El trienio 2014-15-16 será el de peor crecimiento en los últimos 30 años. - ¿El gobierno equivocó el diagnóstico con las reformas, o el bajo crecimiento es por el diseño técnico que tuvieron? Hubo un diagnóstico equivocado de decir que el modelo de desarro llo del país estaba agotado y que el principal problema era la desigualdad. Porque la verdad es que las cifras no muestran eso, sino que todo lo contrario: por primera vez en su historia la desigualdad había empezado a disminuir.

Sin embargo, este diagnóstico, que no se sustentaba en la realidad de los datos, se impuso como un slogan. - ¿Algo pasó con el modelo que tenía Chile que la ciudadanía eligió esta otra alternativa? - Había gente muy convencida de su postura ideológica, que no reparó en analizar si su visión tenía que ver con la realidad, pero además había una población receptiva a ciertos temas. Una población que veía en ese slogan un bienestar permanente y se convenció con el discurso de la Nueva Mayoría, por lo tanto, la responsabilidad también es de todos los chilenos. - ¿Y cuál será la situación a futuro? - Chile se probará a sí mismo en las elecciones municipales de octubre de 2016 y en las próximas presidenciales de 2017. Ambas son súper relevantes, ya que ahí sabremos si Chile se queda en la adolescencia o avanza hacia la adultez. Ahí sabremos si esto fue un ciclo, por lo tanto, un desbande adolescente de una democracia relativamente nueva, que probó al igual que los adolescentes prueban experiencias nuevas, y se dan cuenta que fueron un poco irresponsables, y vuelven atrás para hacerse adultos. Si este fuera el caso, la herida que nos habrá causado este Gobierno nos hará aprender.