Las fuerzas políticas que dirimirán la elección presidencial el 22 de octubre, o tal vez el 19 de noviembre, coinciden en que la Argentina necesita desesperadamente dólares. La carencia de reservas internacionales en el BCRA, vía la restricción de importaciones, ahoga la producción, presiona los precios vía el aumento del tipo de cambio -reflejo, precisamente, de la escasez de divisas- y deja al país crónicamente al borde del default. Una combinación que los economistas definen como “insoportable”.