El debate sobre los combustibles fósiles y los minerales críticos fue escaso en medio de una geopolítica turbulenta.
Celebrado con prolongados aplausos en la sesión plenaria de clausura de la COP30 el sábado 22 de noviembre, el texto dedicado a una transición justa creó un mecanismo que se presentará en la próxima COP31, con el objetivo de incluir a las comunidades locales y a los trabajadores en los debates sobre energía y clima.

Un paso adelante para algunos, un paso corto para otros, la propuesta busca mapear y recopilar las iniciativas ya en marcha en esta dirección, con miras a cumplir el Consenso de los EAU (el acuerdo de la COP28), que exigió una transición hacia el abandono de los combustibles fósiles.

Durante las dos semanas de la cumbre climática en Belém (Pensilvania), la sociedad civil se movilizó con carteles con el acrónimo ¡BAM! exigiendo la aprobación del Mecanismo de Acción de Belém, una propuesta desarrollada colectivamente por movimientos sociales, sindicatos y organizaciones ambientales.

Para este grupo, el hecho de que el mecanismo forme parte de la agenda oficial de la conferencia ya reconoce la relevancia de la participación popular en la transición. El documento cita los derechos humanos, los derechos de los pueblos indígenas, las poblaciones afrodescendientes, la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres, el acceso a la educación y una mayor participación de los jóvenes como temas a considerar.

La desventaja es que se necesitarán al menos dos años para que se materialice algo más concreto, ya que se trata de una especie de mapeo de iniciativas que se presentarán a Turquía (sede de la COP31) para una nueva decisión al respecto. Además, ni el texto de Transición Justa ni los otros 28 documentos aprobados por las 195 Partes contienen ninguna mención explícita a los combustibles fósiles, lo que decepcionó a muchos.

“Si pudiéramos retroceder en el tiempo y hablar con nosotros mismos en Río-92, ¿qué dirían esas versiones de nosotros mismos al ver los resultados de hoy? Sin duda, nos dirían, en primer lugar, que soñábamos con resultados mucho mayores”, declaró la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva (Rede), en la sesión plenaria, al comentar los resultados de la cumbre climática. “Y, al observar el resultado que hemos logrado y el gran y grave problema que enfrentamos, probablemente repetiríamos las palabras del presidente Lula: ‘Estoy convencido de que, a pesar de nuestras dificultades y contradicciones, necesitamos hojas de ruta para, de forma justa y planificada, revertir la deforestación, superar la dependencia de los combustibles fósiles y movilizar los recursos necesarios para estos objetivos’”, añadió.

El presidente de la COP30, André Correa do Lago, durante la sesión plenaria de clausura de la Conferencia, en Belém (Pensilvania), el 22 de noviembre de 2025 (Fotos: Fernando Donasci/MMA) COP30

La COP30 aprueba un texto sin fósiles y deja la hoja de ruta para la transición en manos de Brasil. Sin fósiles ni minerales críticos. Los minerales críticos también quedaron fuera.

Las primeras versiones del texto incluían un párrafo que "reconocía" los "riesgos derivados de la extracción y el procesamiento de minerales críticos", lo que marcaba la llegada de los minerales a un texto de la COP. (Carbon Brief) Pero no prosperó. Ante la oposición de China, lo que revela cierta división dentro del G77, el texto aprobado el sábado excluyó las referencias a los minerales críticos. Un revés para los países del grupo africano, que están dando un peso considerable a esta agenda.

El tema se incluyó en la declaración final del G20, que concluyó al día siguiente en Johannesburgo, Sudáfrica. Publicado el domingo 23 de noviembre, el documento, ratificado por las 20 mayores economías mundiales (incluida China), expresa su apoyo al Marco de Minerales Críticos del G20.

Un modelo voluntario y no vinculante "para garantizar que los recursos minerales críticos se conviertan en un motor de prosperidad", afirma el documento.

El objetivo es promover la cooperación internacional para garantizar cadenas de valor sostenibles, transparentes, estables y resilientes que sustenten la industrialización y el desarrollo sostenible.

Fuente: AXES