EN ESTA EDICIÓN, DNV proyecta que la demanda máxima de petróleo para vehículos alcanzará su máximo en la próxima década, y que uno de cada dos automóviles nuevos será eléctrico. Sin embargo, a nivel mundial, el ritmo de la transición aún es lento, y se prevé que las emisiones netas cero se retrasen mucho.
Publicado este miércoles (8 de octubre), un informe de DNV con perspectivas sobre la transición global proyecta que el pico del petróleo alcanzará su máximo en la próxima década, unos 30 años antes de que la electricidad se convierta en la principal fuente de energía para el transporte terrestre.
Uno de cada dos automóviles vendidos en 2030 debería ser eléctrico, según el Informe de Transición Energética 2025. Actualmente, los automóviles, autobuses y camiones representan casi el 74 % de la demanda total de energía en el sector del transporte, o 94 EJ/año.
Para 2060, DNV prevé que la demanda se reduzca al 62%, o 70 EJ/año. Esto a pesar de que el parque automotor mundial ha crecido de 2.500 millones a 3.800 millones y de que el número de kilómetros recorridos se ha duplicado, pasando de 34 billones a 67 billones de vehículos-km, de aquí a 2060. La electrificación es el motor que permitirá estas importantes mejoras en la eficiencia sectorial, afirma el informe.
Se espera que este cambio sea impulsado por los países ricos, los miembros de la OCDE y China, que ya están demostrando una preferencia por la electrificación. En regiones de ingresos medios como América Latina y el Sudeste Asiático, se espera que los biocombustibles desempeñen un papel moderado en la sustitución del petróleo, ya que se utilizan en mezclas y forman parte de los planes de transición como alternativa a los vehículos eléctricos.
El hidrógeno, ya sea en forma de pila de combustible o de combustión directa, se percibe con escaso entusiasmo. Según el informe, a nivel mundial, la biomasa y el hidrógeno cubrirán aproximadamente el 1% de la demanda energética de los vehículos de pasajeros.
Fuente: Axis