Tras la eliminación del subsidio al diésel, el 12 de septiembre de 2025, Ecuador atraviesa semanas de tensión provocadas por la convocatoria de la Conaie a un paro nacional para exigir la derogatoria del Decreto Ejecutivo 126, en el que se formalizó esa decisión del Ejecutivo. Banco Central: mayor efecto del alza del diésel en los precios se verá en 2026, aunque compensaciones lo atenuarían A las protestas sociales se suma la preocupación de distintos gremios productivos, que ven cómo pasan los días y las manifestaciones -aunque focalizadas- siguen provocando pérdidas para el sector productivo.
Uno de estos sectores es el de los distribuidores de combustible. Ivo Rosero, presidente de la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados de Petróleo del Ecuador (Candepe), asegura que la situación en Imbabura es crítica. En esa provincia hay 37 estaciones de servicio, que por las paralizaciones han dejado de vender entre USD 12.000 y USD 15.000 diarios por cada una. Lea: Luego del diésel, ¿qué le queda al Gobierno para mejorar el déficit fiscal del país en 2025? Rosero insiste además en el escaso margen de ganancia que tienen las estaciones de servicio con la venta del diésel. Lo que, por efectos de la eliminación del subsidio haría "inviable el negocio de vender este combustible".
Explica que no es lo mismo vender un galón de combustible en Quito, Guayaquil o Cuenca, donde sí hay centros de distribución, que venderlos en Carchi, Imbabura, Napo o Manabí. En esas localidades las estaciones de servicio absorben el costo del transporte. "En otros países no existe esa disposición de que se venda el combustible al mismo precio en todo el país", ejemplifica el empresario.
"Siempre hemos defendido que se debía eliminar los subsidios a los combustibles, porque nunca llegaban a los más necesitados. Pero no podemos seguir trabajando con el mismo margen". Según las cifras que maneja Rosero, 700 estaciones de servicio, que emplean directa e indirectamente a alrededor de 40.000 personas en todo el país, dependen de que existan márgenes correctos.
"Vamos 22 años con el margen congelado en centavos. Hemos tenido tres mesas técnicas en este último mes con el Ministerio de Energía. Ha habido el ofrecimiento para tomar una decisión rápida sobre nuestra situación, porque caso contrario no se va a poder sostener la venta de diésel".
Ivo Rosero, presidente de la Candepe, explica que mientras más sube el precio del diésel, las estaciones de servicio requieren mayor capital de trabajo.
"Una buena parte del diésel que se vende en las provincias es a crédito. Entonces, por ejemplo, si una estación pequeña despacha 130.000 galones de combustible al mes, unos 80.000 corresponde a diésel y de eso, un 30% se vende a crédito al transporte pesado". Entonces, la venta a crédito de esos 24.000 galones, con la eliminación del subsidio al diésel, requeriría de unos USD 24.000 adicionales para operar, considerando que el precio subió USD 1 por galón.
Contrabando: Galápagos es la provincia que tiene menos carros en Ecuador, pero "tanquea" más diésel que Carchi Además, Rosero apunta que el Estado pidió el apoyo del Banco Mundial para realizar un estudio independiente. "En 2023 se presentó los resultados, donde se establece un ajuste mínimo para evitar que estas 700 estaciones que trabajan a punto de equilibrio quiebren o cierren".
Ese ajuste debía ser de USD 0,06 por galón. Pero actualmente, el margen sigue en USD 0,12, a compartir entre comercialización y transporte. En la gasolina Extra ganamos USD 0,16, a compartir. En Colombia, ese margen es de entre USD 0,33 y 0,35 por galón y en Perú de USD 0,28
"Ahora resulta que el diésel cuesta lo mismo que la gasolina. No se justifica que el margen sea más bajo, porque es mucho más costoso vender diésel, porque una parte se despacha a crédito. Además es un producto más sucio, que requiere un lavado más continuo de los tanques y un cambio más recurrente de los filtros. Así, no hay ningún incentivo para vender diésel".
Fuente: Primicias
