De los casi 200 mil millones de dólares previstos para proyectos de CAC en todo el mundo, 143 mil millones de dólares son inversiones de riesgo.
Sancionada por el presidente Lula (PT) el martes (10/08), la ley 14.993/2024, sobre Combustible del Futuro, es un primer paso para que la captura y almacenamiento de CO2 (CAC, en inglés) sea una realidad en Brasil. pero es que necesito dar los siguientes. Uno de ellos es el mercado de carbono.

“[La sanción del Combustible del Futuro] es un paso muy importante para que avancemos con los proyectos, pero la regulación no termina en este hito”, señala Nathália Weber, cofundadora y directora de la asociación CCS Brasil.

Además de temas como entender la capacidad geológica, desarrollar la gobernanza y el licenciamiento ambiental e involucrar a la sociedad en los proyectos, destaca que un punto fundamental es garantizar un modelo de negocio que sea económicamente sostenible, a pesar de no tener un producto para vender.

Fuel of the Future regula las actividades de CAC. Las empresas que deseen operar en este sector necesitarán autorización de la ANP, válida por 30 años, prorrogable por otros 30 años. Estas actividades tienen como objetivo capturar CO2 de la atmósfera o de fuentes industriales y almacenarlo en formaciones geológicas adecuadas, contribuyendo a la reducción de emisiones. En una entrevista con la agencia del Eje a principios de octubre, días antes de que se sancionara la ley, Weber explicó que el precio del carbono es un instrumento para habilitar el servicio CAC que, a diferencia de otras soluciones de descarbonización como el hidrógeno y las renovables, enfrenta el desafío de generar ingresos.

“La CAC es una solución que depende de mecanismos de fijación de precios del carbono. No disponemos de producto procedente de almacenamiento geológico de CO2. Tenemos tecnologías de aprovechamiento del CO2, que tienden a crecer, hay un volumen de I+D centrado en este ámbito, pero que hay que combinar con el almacenamiento geológico”.

Esto se debe a que el objetivo es eliminar el carbono o evitar que pase a la atmósfera. Cuando se utiliza CO2 para producir nuevos materiales, este CO2 eventualmente regresará al medio ambiente. De ahí el precio del carbono almacenado.

“Si no tenemos un negocio viable, nos resultará difícil satisfacer nuestra necesidad de reducir miles de millones de toneladas de CO2 a través de estas tecnologías”, analiza.

Fuente: ejes