De esta época al 2023 se han realizado 86 subidas de precios. Los motivos para ello se fundamentan en razones naturales de la economía como también por los cambios geopolíticos del mercado internacional. Adicionalmente, por las necesidades que se han presentado en el país a raíz de los diferenciales de precios mundiales, así como la incertidumbre por la extracción del crudo.
Los asuntos en torno al precio se empezaron a configurar de manera sentida, con la apertura de los mercados. Ello empezó a percibirse en el año 1995 cuando fue expedida la ley 209; la norma creó y reglamentó al Fondo de Ahorro y Estabilización Petrolera. En 1998 el Ministerio de Minas y Energía emitió las resoluciones 82438 y 82439 donde adoptó la estructura para la fijación del precio de la gasolina corriente motor y del ACPM.
Desde la economía es importante contemplar ideas adicionales. La inflación se calcula desde la variación del Índice de Precios del Consumidor (IPC). La principal confusión es que se usa indistintamente IPC e inflación para hablar de incrementos en precios.
El IPC sube cada año, pero esa tendencia no quiere decir que la inflación también. IPC es un número nominal y la inflación es una variación del IPC. Al graficar el IPC siempre tendrá pendiente positiva, pero la inflación presentará subidas o bajadas.
La inflación agregada no sube por el solo hecho de que aumente el precio de algún bien. La inflación agregada tiene como principal motivo de aumento cuando el Banco de la República emite dinero. A raíz de ello, se produce incremento de la demanda, pero sin el debido sustento ante la producción y el mismo nivel de empleo; la oferta se cubre subiendo precios. Subir precios en insumos, como el combustible, no necesariamente genera mayor inflación. La canasta familiar está conformada por diferentes productos; no todos impactan igual.
Usando como fuentes al Dane y entidades del sector minas, en el 2002 la inflación bajó a 6,99 mientras que la gasolina tuvo una tasa de crecimiento real de 2,60. En el 2006 la inflación cayó a 4,48 y el crecimiento real del precio llegó a 5,22. En 2008 la inflación subió al 7,67, sin embargo, la tasa real de creciente de la gasolina disminuyó menos 2. En 2015 la inflación escaló al 6,77 a pesar de que el precio de la gasolina se redujo al menos 1,25. Estos ejemplos permiten observar que inflación y precios de la gasolina no se mueven precisamente en igual dirección. Entonces, no es prudente crear nerviosismos inflacionarios en torno al precio de los combustibles.
Fuente: Portafolio