Aquí la gasolina y el diésel se venden a un precio un 9% inferior al del mercado internacional. Estado no reajusta combustible desde 2023
La apreciación del dólar –con un aumento de 12% frente al real sólo este mes– ha aumentado el rezago en los precios de los combustibles en Brasil, creando un escenario desafiante para la nueva administración de Petrobras. Según datos de la Asociación Brasileña de Importadores de Combustibles (Abicom), la gasolina en las refinerías brasileñas se vende a un precio un 9% inferior al del mercado internacional. La misma brecha porcentual se aplica al diésel, lo que refleja la mayor disparidad desde abril.

Esta diferencia de precios es resultado de la subida del dólar combinada con el mantenimiento de los precios por parte de Petrobras, que no realiza ajustes desde 2023.

La nueva presidenta de Petrobras, Magda Chambriard, que asumió recientemente tras la salida de Jean Paul Prates, enfrenta un desafío inmediato: mantener los precios bajo control. La política de precios de Petrobras, que fue modificada en mayo de 2023 para “brasilizar” los precios de los combustibles, ahora está bajo prueba.

Desde la implementación de la nueva política de precios en mayo de 2023, los precios de los combustibles en Brasil se han mantenido por debajo del 5%. Este período de relativa estabilidad se vio facilitado en gran medida por la caída de los precios del petróleo en el mercado internacional, que contribuyó a mantener la diferencia entre los precios internos y externos en niveles manejables. Sin embargo, un nuevo escenario de incertidumbre ya apunta a un posible aumento de los precios de los combustibles.

La apreciación del dólar, junto con los recortes de producción por parte de la OPEP, ha estado ejerciendo presión al alza sobre los precios del petróleo. Actualmente, el barril de Brent se cotiza por encima de los 84 dólares, lo que aumenta los costes de importación de combustible.

La disparidad de precios tiene varios impactos negativos. Para los importadores de combustibles, competir con los precios internos se vuelve inviable, lo que podría conducir a una reducción de las importaciones y, eventualmente, a una escasez en el mercado interno.

Los consumidores, por otra parte, pueden enfrentar consecuencias indirectas como la presión inflacionaria. Esto se debe a que los combustibles más baratos fomentan el consumo en el país, pero la reducción de las importaciones puede limitar la oferta, lo que lleva a un aumento de los precios de los bienes y servicios debido a los costos de transporte y producción.

Abicom afirma que, en los últimos meses, la brecha en los precios de los combustibles ha aumentado considerablemente, impulsada por la apreciación del dólar. Según la asociación, la presión sobre Petrobras tiende a aumentar, especialmente porque la OPEP mantiene los recortes de producción, lo que mantiene los precios del petróleo en niveles elevados.

Fuente: Revista Veja