Elaborado por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) – con aportes individuales de los demás departamentos que componen la Esplanada – el Plan Climático debe orientar las políticas brasileñas hacia la descarbonización hasta 2050, incluso para la industria del petróleo y del gas, afirmó este miércoles ( 22/ 5) la Secretaria Nacional de Cambio Climático, Ana Toni.
El futuro de O&G en el país en medio de los esfuerzos por la transición energética entró en discusión a fines del mes pasado con una consulta pública del Ministerio de Minas y Energía (MME), basada en la premisa de que la demanda de derivados aún debe mantenerse fuerte hasta 2050.
Uno de los temas centrales del debate entre los departamentos es si abrir o no nuevas fronteras exploratorias en Brasil –como Foz do Amazonas–, un camino criticado por los ambientalistas, pero apoyado por parte del gobierno, incluido el presidente Lula.
La cuenca de Amapá está en el punto de mira, después de todo es el proyecto más avanzado de Petrobras. La discusión se extiende a toda la Margen Ecuatorial y otras cuencas del Nordeste. La decisión final la toma el Consejo Nacional de Política Energética (CNPE), pero implicará discusiones sobre las metas del Plan Climático, afirma el secretario.
“Quien decidirá no es un ministerio, es el centro de gobierno con el liderazgo de la Casa Civil”, destaca.
Sostiene que el debate sobre este sector debe incluir a la sociedad y considerar que las industrias que no comiencen a descarbonizarse ahora tendrán menos tiempo para hacerlo en el futuro.
“No es una cuestión de gobierno, es una elección de la sociedad brasileña, como el tema de la deforestación, del que venimos hablando desde hace años, hasta alcanzar un nivel de madurez en el que todos entienden que la deforestación es una cuestión de el pasado ".
La posición del MMA, bajo el mando de Marina Silva (Rede), es que el país debe imponer límites a la exploración petrolera.
“Brasil es un productor de petróleo. Este es un debate que habrá que librar, incluso en el contexto de la guerra. Estamos comprometidos con el objetivo de triplicar las energías renovables. Pero todo esto no se puede hacer si no discutimos la cuestión de los límites a la exploración”, afirmó el ministro en una entrevista con el Financial Times, a finales del año pasado.
Marina defiende imponer límites a la exploración petrolera
Reducir las emisiones Brasil tiene el objetivo de alcanzar un nivel de emisiones de 1,2 gigatoneladas de carbono para 2030 y reducir el volumen a cero en las próximas dos décadas. Hoy en día, el principal emisor es la deforestación en la Amazonía, y reducirla a cero para 2030 ya resuelve gran parte del problema, pero no todo.
Y así como en el resto del mundo se exige reducir la producción, el consumo y la inversión en combustibles fósiles, aquí el tema también está en la agenda –a pesar de las características renovables de la matriz nacional–.
“En el Plan Clima, con las metas de descarbonización, el Ministerio de Minas y Energía (MME) presentará sus planes de descarbonización para todas las fuentes, no solo una, pero lógicamente incluyendo los combustibles”, explica Toni.
Para financiar esta transición: mercado de carbono. Uno de los mecanismos para apoyar las inversiones en eficiencia y reducción de emisiones es el precio del carbono. La regulación del comercio de emisiones está en discusión en el Senado y Toni afirma que la expectativa es que se llegue “pronto” a un acuerdo que haga posible su aprobación. Lea la cobertura de Gabriela Ruddy
Oportunidad para la industria
La sustitución de los combustibles fósiles por la industria podría ser una oportunidad para que Brasil fortalezca su cadena productiva y se posicione como proveedor de commodities verdes.
Entre estas cadenas se encuentra el acero. “Seremos más competitivos si nos centramos en la cuestión verde”, afirmó el ministro de Finanzas, Fernando Haddad (PT), el lunes (20/5), cuando empresarios de la industria siderúrgica anunciaron R$ 100 mil millones en la expansión del acero. producción durante los próximos cinco años.
Para el ministro, la sostenibilidad es fundamental para el futuro de la industria brasileña. “El acero verde tendrá atractivo en el mercado internacional”, añadió.
Uno de los mercados potenciales es la Unión Europea, que recientemente adoptó el Mecanismo de Ajuste en Frontera de Carbono (CBAM) para las importaciones de cemento, hierro y acero, aluminio, fertilizantes, electricidad e hidrógeno.
La política pondrá precio a las emisiones de productos importados y, en la práctica, podría significar un incentivo para que países como Brasil inviertan en la producción de productos básicos con menor intensidad de carbono, como el acero verde.
Fuente: epbr