El costo de producir módulos solares en China ha caído un 42% en los últimos 12 meses a 0,15 dólares por vatio ($/W), dando a los fabricantes del país una considerable ventaja de precios sobre sus rivales internacionales, según el nuevo informe Horizons de Wood Mackenzie. El estudio “Top of the Charts: Five Low-Carbon Technology Trends Worth Watching” analiza cinco gráficos clave e identifica algunas tendencias subyacentes clave en todo el panorama de bajas emisiones de carbono.
El país controla el 80% de la capacidad mundial de producción de equipos, lo que también se refleja en el aumento de las instalaciones nacionales. Este año, se espera que las adiciones de paneles residenciales dupliquen las de Estados Unidos y la Unión Europea juntas. Para 2050, se espera que la tecnología solar y eólica representen más del 50% del suministro energético mundial.
Junto a la caída de los costes de los módulos chinos, la encuesta valora el meteórico ascenso de las fuentes renovables, así como los esfuerzos que se están y se deben hacer para diversificar el suministro de materias primas para baterías, además de los avances en la captación y almacenamiento de carbono y crecimiento de bombas de calor domésticas.
“Con 70 mil millones de dólares que se invertirán en infraestructuras de transporte y secuestro de CCUS antes de 2030, las implicaciones financieras por sí solas requerirán soluciones globales”, señala el vicepresidente de Upstream y Carbon Management Consulting y coautor del estudio, Malcolm Forbes-Cable. El documento también afirma que la política energética global se inclina por apoyar la construcción de cadenas de suministro nacionales para tecnologías bajas en carbono y el desarrollo de nuevas fuentes de minerales críticos para reducir la dependencia del gigante asiático. Aunque en algunos casos, como en la producción de módulos chinos, los costos están disminuyendo, la tendencia es que se mantengan altos en otros mercados.
El litio y el cobalto son ejemplos que la publicación considera convincentes por su potencial para redistribuir la base de suministro. Gracias a las señales de precios que están impulsando nuevas inversiones y expansión de la capacidad, las futuras cadenas de valor de metales básicos y materias primas para sistemas de almacenamiento se harán más amplias y profundas.
Fuente: Canal Energía