El barril de WTI cayó hasta un 4%, hasta 68,47 dólares, el precio más bajo desde finales de junio. El petróleo ya lleva siete semanas consecutivas cayendo, y ni siquiera los nuevos recortes de producción por parte de la OPEP y sus aliados han logrado detener la caída.
La última señal de que la oferta sigue siendo amplia provino de Rusia. El promedio semanal de exportaciones marítimas de petróleo del país saltó al nivel más alto desde principios de julio. Los descuentos en los futuros de Brent más cercanos, un patrón conocido como contango, indican que los compradores no tienen mucho apetito por absorber suministros del mercado en el corto plazo.
El petróleo ya ha bajado alrededor de un 20% desde su máximo de finales de septiembre. Los pronósticos de una desaceleración del crecimiento del consumo en China y los persistentes riesgos de recesión en Estados Unidos aumentan los temores sobre la demanda en el primer trimestre.
Esta semana, la Agencia Internacional de Energía, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y el Departamento de Energía de Estados Unidos publicarán sus últimas evaluaciones mensuales de los fundamentos del mercado.
Fuente: Bloomberg