El barril de petróleo WTI -referencia estadounidense- con entrega prevista para octubre cerró con un máximo del 2,45%, a 83,63 dólares. Ya el barril de Brent - referencia mundial - para noviembre avanzó el 1,87%, a 86,83 dólares. En agosto, los aumentos fueron del 2,24% y del 1,64%, respectivamente.
Después de las preocupaciones sobre una desaceleración más drástica en las economías desarrolladas, el petróleo encuentra en la perspectiva de una oferta insuficiente un factor para impulsar la demanda en el mercado de futuros. Según Warren Patterson, estratega jefe de materias primas de ING, esta tendencia debería confirmarse.
"Los recortes de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+), en particular los recortes voluntarios de Arabia Saudita, llevan al mercado a un agotamiento de las reservas. Esperamos que esta tendencia continúe hasta finales de año, lo que sugiere que los precios todavía tienen margen para subir más allá de los niveles actuales", evalúa Patterson.
Señala, sin embargo, que esta previsión conlleva dos riesgos principales: la fortaleza del dólar, ante la expectativa de unos tipos de interés elevados durante mucho tiempo en EE.UU. y la decepción con el escenario macroeconómico en China. Tampoco se pueden pasar por alto otros riesgos, como un mayor crecimiento del suministro de petróleo iraní y una flexibilización de las sanciones de Estados Unidos a Venezuela, añade Patterson.
En China, el mercado de materias primas acogió con agrado la noticia de que el Banco Popular de China (PBoC, por sus siglas en inglés) redujo el pago inicial mínimo para la compra de bienes inmuebles en el país y recortó las tasas hipotecarias. Ambas medidas pueden dar algo de respiro al sector inmobiliario, cuya crisis es uno de los principales motivos del debilitamiento de la actividad en el gigante asiático.
Fuente: Valor Económico