De ese monto, 142,5 millones de barriles corresponden a nueva producción y el resto a un remanente de un contrato con China anterior que se liquidará e incluirá en las nuevas operaciones. Con todo ello, el Fisco busca concretar USD 2 400 millones, informó una alta fuente del Ministerio de Energía. Estos recursos serán proporcionados por el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC) y el Banco de Desarrollo de China (CDB).
Aunque, inicialmente, el Ministerio de Economía expresó que solo una parte de este financiamiento estaría condicionado a la entrega de crudo. Se esperaba obtener el resto a través de una operación crediticia. Richard Martínez, exministro de Finanzas, mencionó en mayo pasado que en estos créditos la tasa de interés estaría en alrededor del 6%. Además, señaló que los primeros USD 1 700 millones se esperaban recibir en este 2020. El resto se obtendría en el 2021. Sin embargo, estas operaciones todavía siguen en negociación.
La estatal Petroecuador, encargada de la comercialización de crudo, analiza desde los primeros meses de este año la venta de unos de 70 millones de barriles de petróleo, con vencimiento en el 2025, a cambio de un crédito de USD 1 400 millones, que sería otorgado por el ICBC. A esta operación se suma otra con el CDB, que entregaría USD 1 000 millones. Este crédito está atado a una operación de venta de crudo de 84 millones de barriles. Estas últimas entregas están previstas hasta el 2028, según información del Ministerio de Finanzas, a la que accedió este Diario.
Esta nueva demanda ha puesto a la petrolera estatal en una situación compleja, porque en promedio las firmas chinas pagarían USD 2 menos por barril en relación con la última venta de largo plazo a la firma privada Shell. Y no se cuenta con suficiente crudo para asumir nuevos compromisos. Esto ocurre, incluso, pese a que a fines de este 2020 está previsto que venzan tres de los ocho contratos vigentes. En el 2021, se estima que el país tendrá un déficit de 10,2 millones de barriles de crudo de su oferta exportable. Esto se establece luego de cumplir con los contratos de venta a largo plazo vigentes y los nuevos, que están en análisis, según el documento ‘Pronóstico de producción exportable estimada’, elaborado por Petroecuador.
Para el 2022 está previsto que se mantenga esta tendencia a la baja, porque la producción nacional está en declinación. Este año, en promedio, se han dejado de explotar 67 000 barriles diarios, respecto del 2019. Por esto, el Viceministerio de Hidrocarburos incluso recomendó a Petroecuador, en octubre, suspender las ventas spot o inmediatas hasta el 2022. El propósito es que la firma pueda cumplir con sus compromisos. Días más tarde, Ricardo Merino, exgerente (s) de Petroecuador, sugirió en su carta de renuncia hacer un análisis objetivo y técnico de las operaciones con China, a fin de determinar la disponibilidad de producción de crudo. También argumentó que los procesos deben evidenciar el cumplimiento de la norma y de las recomendaciones de Contraloría.
El ente de control sugirió que, al menos, el 10% de la oferta exportable de petróleo sea comercializado en el mercado spot, con el objetivo de conocer cuánto está dispuesto a pagar el mercado por el crudo ecuatoriano. El ministro de Economía, Mauricio Pozo, señaló que los recursos que se prevé conseguir de China son parte del presupuesto para este año y permitirán completar el programa económico previsto, por lo que se harán los esfuerzos para concertar dichas operaciones.
De no llegar a darse, “estamos en la línea de seguir tomando decisiones de gasto y hallar nuevas fuentes de financiamiento”, dijo Pozo, aunque no adelantó detalles. En contexto El Gobierno aún debe conseguir USD 4 900 millones para cerrar el financiamiento de este año. De ese monto, 2 000 millones provienen del Fondo Monetario, 1 700 millones de los banco chinos y el resto de otros multilaterales.
Fuente: El Comercio