El Banco Central del Paraguay (BCP) ajustó sus proyecciones en base a las últimas informaciones sobre la actividad económica local,
así como también sobre los impactos regionales y mundiales del covid-19, explicaron sus técnicos ayer, durante una presentación virtual desde la institución.
Miguel Mora, economista jefe de la banca matriz, indicó tras la presentación que estas proyecciones tienen en cuenta las medidas adoptadas por el Gobierno de abrir la economía paulatinamente. No obstante, de no lograrse con éxito la incorporación de la actividad económica en las fases proyectadas, la caída de la economía podría ser más pronunciada, advirtió.
Antecedentes
De acuerdo con los antecedentes históricos, la economía local no ha registrado una caída de esta magnitud desde 1983, cuando el PIB cayó 3%, año en que se registró la más grande inundación que se recuerde en la historia del país. La misma afectó a numerosas ciudades ribereñas del río Paraguay, especialmente en Pilar y el agua alcanzó niveles que difícilmente vuelvan a superarse.
En el contexto internacional, en inicios de la década de los 80, se registró también una fuerte recisión global y crisis de deuda conocida como “década perdida” por los impactos que dejó en América Latina y también en la economía local. Más adelante, entre 1999 y 2001, se registraron retracciones consecutivas por efecto de una fuerte crisis política y económica, que se inicia con el “marzo paraguayo” y deja una gran inestabilidad.
Además de problemas que se venían arrastrando desde 1995 cuando explota la crisis financiera donde quebraron gran parte de bancos y financieras. Otro golpe a la economía se dio en 2009, cuando cayó 0,3%, como impacto de la crisis financiera mundial de 2008. Luego, en 2012, se registró otra baja de 0,5% por efecto climático y la estimada para este año en -2,5%, por el fuerte impacto de la pandemia que paralizó la economía global.
Fuerte baja en servicios
Según los datos publicados ayer por el BCP, la caída más fuerte se percibirá en el sector terciario (-5,2%), donde predominan los comercios y servicios; mientras que el secundario o rama industrial presentaría una baja del 0,9%.
Cabe mencionar que el sector terciario tiene un peso del 49% en la estructura económica, mientras que el secundario o manufacturero, solo del 32%. Además, este último sector registró una caída del 3,9%, en 2019.
De acuerdo con datos preliminares del BCP, el consumo tuvo un fuerte revés en marzo último, cuando empieza el periodo de la cuarentena sanitaria. Las compras con tarjetas de crédito bajaron en un 25,1%, resaltándose principalmente las realizadas por los extranjeros, que cae en 63%.
La mayoría de los organismos internacionales también redujeron sus proyecciones como el FMI (-1%), el BID y Cepal (-1,5%), y el Banco Mundial (-1,2%), mientras que en América Latina en su conjunto se espera un descenso del 5%. A nivel local las proyecciones más cercanas a la oficial es la de Basanomics, que estimó una baja del 2,9%.
Dentro de lo previsto
Para el economista y extitular del BCP Carlos Fernández, las cifras están dentro de lo previsto, y sostiene que será una de las mayores caídas que sufrirá la economía en los últimos tiempos. Fernández instó a ser cautelosos con el levantamiento de la cuarentena, ya que eso dependerá que el “rebote” sea exitoso en 2021. La flexibilización y rápida liberación de la economía dependerá de lo que se pueda dar en esta primera fase, expresó finalmente.
Benigno instó a la cautela y diálogo
Benigno López hizo un llamado a la ciudadanía a fin de que “no pierda el norte” y se enfoque en cumplir como se debe las medidas sanitarias fue durante una entrevista para ABC. “Todos queremos que se abra la economía. Yo, personalmente, no quiero que esté cerrada un día más, pero tampoco podemos abrir de manera tan rápida que pongamos en riesgo todo el esfuerzo que se hizo con el tema de la pandemia. Tenemos que tener bien calibrado el momento”.
El ministró espera que tras pasar esta cuestión sanitaria y que se recupere la economía, en el 2021 se va tener un año de rebote importante.
Con relación al cuestionamiento del sector comercial de que se habilitarían las fábricas, pero no los puntos de venta, el ministro respondió que se está hablando con el sector privado, pero afirmó que se hará la liberación en la brevedad posible.