La Oficina Contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas (Unodc), la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) y la Unión Europea (UE) recomendaron a Bolivia, por separado, complementar el marco normativo de lucha contra el narcotráfico con tres estudios específicos referidos al rendimiento de la coca, coca-cocaína y otro sobre la estructura y componentes de la hoja de coca.
FUENTE: LOS TIEMPOS

En tanto, el vicepresidente Álvaro García Linera, afirmó ayer que el país no depende de Europa ni de Estados Unidos para financiar su lucha contra el narcotráfico ni mendiga apoyo económico para ello, y pidió a ambos que se esfuercen para reducir la demanda de cocaína. El ministro de Gobierno, Carlos Romero, junto al viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Felipe Cáceres, y el coordinador general del Consejo Nacional de Lucha Contra el Tráfico Ilícito de Droga (Conaltid), Sabino Mendoza, aprovecharon el 60 periodo de Sesiones de la Convención de Estupefacientes de las Naciones Unidas que se realizó en Viena, Austria, para reunirse y dar “información de primera mano” a las principales organizaciones internacionales que fiscalizan, certifican o cooperan a Bolivia en la lucha contra las drogas.

En las últimas semanas, el presidente Evo Morales promulgó la nueva Ley General de la Hoja de Coca que provocó reacciones en la comunidad internacional porque amplió de 20 a 22 mil hectáreas de cultivos legales en el país; y se prevé que en los siguientes días se haga lo mismo con la ley de sustancias controladas. Ayer se concretó la reunión con el director Ejecutivo Adjunto de la Unodc, Aldo Lale-Demoz, y con la delegación de la JIFE dirigida por el presidente de la Junta de Fiscalización, Werner Sipp. Un día antes, el lunes, Romero se reunió con la delegación de la Unión Europea, dirigida por el secretario general de Relaciones Externas, Christian Leffler, quien sugirió a Bolivia contar con un estudio de productividad para saber con exactitud cuánta coca se produce pero también el estudio de coca-cocaína.

El Ministro dijo que con la Unodc se sostuvo “una reunión muy positiva” porque dialogaron sobre las tareas que vienen hacia futuro en relación a la reglamentación de las normativas y han sugerido, además, un estudio de la Organización Mundial de la Salud “sobre la estructura y componentes de la hoja de coca dijeron que también sería positivo”. Agregó que, por otra parte, los representantes de la JIFE “han escuchado nuestras explicaciones, han hecho algunas preguntas sobre la ley (de coca). Ellos, en su condición de fiscalizadores, son cautelosos en cualquier tipo de opiniones”. Señaló que no hicieron sugerencias pero señalaron que “los estudios complementarios que hemos hablado ante la UE les parece positivo” para continuar en el camino de la lucha contra el narcotráfico.

ESTUDIO DE ACULLICU

El Estudio de la Demanda de la Hoja de Coca en Bolivia de 2012, encargado por el Gobierno a la Unión Europea señala que tres de cada 10 personas en Bolivia acullican o pijchean la hoja. El ministro de Gobierno, Carlos Romero, señaló que el mismo estudio señala que siete de cada 10 bolivianos consumen coca de manera ocasional y “cuando hablamos de consumo, hablamos de mates de coca y demás, y yo en ningún momento mencioné la palabra acullicu”, dijo.

DEFENSA DE LA ESTRATEGIA BOLIVIANA

“La lucha contra el narcotráfico la sostenemos con plata boliviana, no dependemos de la Unión Europea para luchar contra el narcotráfico. Antes dependíamos de Estados Unidos, Bolivia recibía cerca de 100 millones de dólares, hemos apartado esa ayuda”, dijo ayer el vicepresidente Álvaro García Linera, al canal ATB. García Linera reaccionó así tras las observaciones planteadas por la Unión Europa (UE) sobre la decisión boliviana de subir el límite legal de los cultivos de hojas de coca de 12.000 a 22.000 hectáreas.

La UE expresó su preocupación por la normativa y consideró que su ayuda a Bolivia debe ser “reenfocada”, lo que, según las autoridades de La Paz, implicaría que el apoyo europeo se dirija sólo a la represión al narcotráfico, dejando de lado otras áreas de desarrollo.

Las plantaciones de coca en Bolivia tienen un mercado legal sobre todo en el consumo por medio del masticado de la hoja o “acullicu”, los usos culturales y algunos proyectos industriales menores, pero una parte importante sirve de materia prima para el narcotráfico. García Linera enfatizó que, ante el mundo, Bolivia tiene “autoridad moral” porque produce menos coca que Perú y Colombia y no está “mendigando dinero para la lucha contra el narcotráfico”.