Fuente: Dinero
Un timonazo obligado, entre otras por la caída de los precios del petróleo, está dando la compañía más grande del país al pasar de la diversificación y expansión de los negocios de las dos últimas décadas a enfocarse en la exploración y producción.
Este momento coincide con el retorno de los campos Rubiales y Cusiana a la petrolera estatal, que en la década de los 90 “prolongó su autosuficiencia petrolera” de la mano de socios internacionales, asegura el analista del sector y académico de la Universidad Nacional, Raúl Ávila.
La nueva estrategia apunta a la anhelada autosuficiencia petrolera que hoy muchos ven en riesgo porque las reservas del país solo alcanzan para seis a ocho años. El país consiguió la autosuficiencia en la década del 80, tras el descubrimiento del Campo Caño Limón y el posterior hallazgo de los gigantes campos Cusiana y Cupiagua, en el piedemonte llanero, en asocio con British Petroleum Company.
En los 90, con reservas estimadas de 1.000 millones de barriles en Caño Limón, Ecopetrol, en asocio con OXY, inició una nueva era de crecimiento y transformación hasta convertir a Colombia en un país exportador.
En el año 2000, Ecopetrol asumió la operación directa del campo Castilla, ubicado en el departamento del Meta, que hasta ese momento estaba en manos de Chevron. Ese campo cuenta hoy con una producción superior a 120.000 barriles por día.
Nuevos vientos de cambio motivaron en 2003 al gobierno colombiano a reestructurar la Empresa Colombiana de Petróleos con el fin de internacionalizarla y mejorar su competitividad. Para lograrlo, la convirtió en una sociedad pública por acciones y creó la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) que en adelante se encargaría de administrar el recurso petrolero en el país. Ecopetrol dejó entonces de ser juez y parte y se dedicó a explorar y explotar los recursos.
En 2006, la Ley 1118 autorizó la capitalización de Ecopetrol, que a su vez se convirtió en una empresa mixta mediante la emisión de acciones en el mercado de valores de hasta 20% de su capital social. En 2007 se efectuó la primera gran venta –hoy representa 10,1% del capital de la empresa, fundada en 1951– que tuvo más de 480.000 accionistas en todo el país, quienes compraron 4.000 millones de acciones por valor de $5,7 billones.
Durante siete meses el presidente de Ecopetrol en ese momento, Javier Gutiérrez Pemberthy, estuvo “maleteando” la histórica venta que contribuiría a transformar y a relacionar de manera directa a los
ciudadanos con la primera empresa del país y que podían comprar en los supermercados. El paquete mínimo era de 1.000 acciones, a $1.400 cada una, las cuales se podían adquirir a crédito o de contado.
Desde entonces, Ecopetrol S.A. inició una era en la que, con mayor autonomía, ha acelerado sus actividades de exploración, su capacidad de obtener resultados con visión empresarial y comercial y el interés por mejorar su competitividad en el mercado petrolero mundial, en medio de dificultades coyunturales, como la caída de los precios internacionales del petróleo. <>
Entre 2007 y 2012 la petrolera consolidó el Grupo Ecopetrol con la adquisición de Hocol, Propilco, la constitución de Savia (Perú), Ecopetrol Perú, Ecopetrol América y Ecopetrol Brasil. También dio vida a Equión y creó Cenit.
En 2008 llegó a las grandes ligas de los mercados internacionales al ingresar, el 18 de septiembre, a la Bolsa de Nueva York, lo que le permitió a la “iguana”, símbolo de la renovada imagen de la petrolera, consolidar aún más su proceso de internacionalización.
En marzo de 2015, el exministro de Hacienda conservador, Juan Carlos Echeverry, asumió la presidencia de Ecopetrol tras la renuncia de Gutiérrez y definió un nuevo rumbo.
La nueva estrategia para orientar el camino del Grupo Ecopetrol se diseñó con base en los lineamientos de creación sostenible y operación eficiente. A Echeverry le correspondió anunciar el año pasado el nuevo e histórico hallazgo de hidrocarburos en el pozo Kronos-1, el primero que se hace en aguas profundas (3.720 metros) en el sur del Caribe colombiano. En Kronos, la empresa comprueba el modelo geológico de un área aún inexplorada. Ecopetrol posee allí 50% y el operador Anadarko 50%.
Al concluir 2015 y en el comienzo de 2016, Echeverry también tuvo que enfrentar el escándalo que se desató –y no ha concluido– por las denuncias de sobrecostos de US$4.000 millones en la ampliación de la Refinería de Cartagena, Reficar.
En medio de ese huracán, el directivo también les puso la cara a los accionistas para decirles que este año no se pagaría dividendo y las utilidades en el primer trimestre alcanzaron los $363.000 millones, pese a enfrentar los precios de referencia Brent más bajos de los últimos 12 años.
La expectativa por el desempeño de esta compañía es permanente en el mercado bursátil por temas como la deuda, las inversiones, el recorte de gastos, las calificaciones y la producción de la compañía.
Al concluir el periodo 2015, los ahorros de Ecopetrol fueron de $2,2 billones, superiores a la meta definida. Este logro fue posible gracias a las estrategias de renegociación de contratos ($0,98 billones), de abastecimiento ($0,5 billones) y mayores eficiencias operativas ($0,72 billones).
Echeverry, por su parte, reconoce que los desafíos para Ecopetrol son grandes y variados a la luz de la actual coyuntura de precios. Considera que hay que “enriquecer el portafolio de inversiones y retarlo con una severa disciplina del uso de capital”.
Piensa además que es necesario “mantener la excelencia operativa en todos los segmentos, diversificar el riesgo con una estrategia que incluya varias regiones dentro y fuera de Colombia, crecer con perforación infill (entre y cerca de pozos productores) y con recobro mejorado de campos maduros”.
Según Echeverry, deben reinterpretar lo que saben de los campos tradicionales, mantener los activos estratégicos de ductos y refinación y garantizar la actualización tecnológica. Su meta es “mejorar la capacidad de planificar, calcular y ejecutar proyectos”.