Fuente: EL MUNDO

En la ocasión, la presidenta ejecutiva de la Aduana, Marlene Ardaya, dijo que “una característica principal de esta acción es la de reciclar para efectos de que (la ropa usada) pueda servir de materia prima y pueda ser utilizada justamente por la federación”.

De acuerdo a la autoridad, el objetivo es que “de alguna manera puedan oxigenarse algunas empresas que sí tienen la posibilidad de transformar esta ropa usada en productos polares o de otro tipo en el mercado nacional”.

Ardaya resaltó la importancia del convenio tanto por la lucha frontal contra el contrabando como la protección de la producción nacional que fabrica prendas nuevas hechas en el país. “Es el primer convenio que se hace con la sociedad civil para poder de alguna manera reciclar esta mercancía que es prohibida en el país como ustedes saben”, expresó.

Respecto a las cantidades que se otorgarán a los fabriles declaró que se entregará de acuerdo a lo que identifiquen ellos. Previa a la entrega de la mercancía, se realizará la destrucción en ambientes de la administración aduanera.