Ayer el Partido Nacional tenía la intención de reeditar en la Cámara de Diputados la discusión sobre la declaración del Plenario de la coalición de izquierda, pero en una reunión de coordinación poco antes de la sesión el Frente Amplio advirtió que no quiere seguir ahondando las diferencias ente oficialismo y oposición.
Fuente: El País
  
Una "práctica poco feliz" y una "mala señal". Esa es la lectura que la oposición hace de la decisión del gobierno de blindar a Ancap y hacer que asumieran ahora tres de sus cinco directorios, postergando hasta abril el nombramiento de los dos restantes, entre ellos Diego Labat de la oposición. Aunque no es la primera vez que un ente funciona con parte de su directorio, no registra antecedentes que eso ocurra en una empresa estatal con un deterioro patrimonial y un déficit tan abultado como Ancap, y que ha estado en el centro de la polémica por la gestión de las empresas públicas en los últimos meses.
 
El lunes 14, en un acto donde solo participaron algunos ministros y el aparato de comunicación estatal, la ministra de Industria, Carolina Cosse, invistió en sus cargos a tres de los directores de Ancap por el oficialismo, la presidenta Marta Jara, el vicepresidente Juan Carlos Herrera y la vocal Laura Saldanha. Ayer volvieron a postergar en el Senado, a pedido del Frente Amplio, las venias de Ignacio Berti (oficialismo) y Labat (Partido Nacional).
 
Pese a las quejas, para el gobierno las formalidades fueron cubiertas. Según Cosse la institucionalidad de Ancap está asegurada con tres de sus cinco directores. Sin embargo, para la oposición se trata de una "jugada" acordada entre la bancada del Frente Amplio y el Poder Ejecutivo como respuesta a las críticas a la coalición de izquierda el martes 8 en el Senado, cuando hubo un durísimo cuestionamiento al vicepresidente Raúl Sendic y a la gestión de la empresa petrolera, objeciones del senador colorado Pedro Bordaberry a Berti, y el debate sobre el contenido de la declaración del Plenario del Frente Amplio del sábado 5 donde se acusaba a la oposición y algunos medios de comunicación de montar "una campaña" para "desestabilizar la institucionalidad democrática" del país.
 
Ayer el Partido Nacional tenía la intención de reeditar en la Cámara de Diputados la discusión sobre la declaración del Plenario de la coalición de izquierda, pero en una reunión de coordinación poco antes de la sesión el Frente Amplio advirtió que no quiere seguir ahondando las diferencias ente oficialismo y oposición.
 
En casa
 
Mientras, Labat, que ya venía cumpliendo funciones como director de Ancap bajo la gestión del cesado José Coya, sigue en su casa esperando la venia del Senado. En estos días concurrirá a retirar algunas pertenencias de lo que fue su despacho, dijo Labat a El País. No ha tenido contacto con las nuevas autoridades ni tampoco ayer fue invitado a la ceremonia de asunción de Jara y los otros dos directores del gobierno, que en abril, una vez votadas las venias que faltan, pasarán a ser sus compañeros de directorio en Ancap.
 
Una ley aprobada el 14 de marzo de 2005, al inicio del primer gobierno del presidente Tabaré Vázquez, establece que cuando se renueva la mayoría del directorio de un ente hay que renovar también a los demás integrantes. Por eso, Labat necesita una nueva venia del Senado.
 
Independientemente de los dichos de Cosse, la oposición reprueba el blindaje que se le hace a la empresa, aislándola de los medios. Jara hizo un discurso en su asunción pero no ha concedido entrevistas a ningún medio privado.
 
"La justificación de Cosse y la asunción parcial es una mala señal. Arrancamos mal", dijo a El País el senador Pablo Mieres (Partido Independiente). "El gobierno debiera asumir que debe ser cero falta después de lo que pasó en Ancap", añadió.
 
"No se quiere exponer a las nuevas autoridades a escenarios públicos y a la prensa, y eso me parece un error. Cualquier organismo está sometido al escrutinio público y en este caso más porque la gestión que termina tiene un fracaso estrepitoso. Y uno quiere conocer lo que van a hacer las nuevas autoridades", analizó Mieres.
 
El senador está molesto con Jara porque la semana pasada habían concertado una reunión para conocer sus planes para Ancap, encuentro que fue cancelado por ella una hora antes de producirse. "Ahí hay un error porque se exagera el clima se deterioro", añadió.
 
A su vez, el senador Jorge Gandini (Alianza Nacional) coincidió en que la nueva estrategia del gobierno "no tiene antecedentes". "Las primeras tres venias se votaron y otras dos no. El Frente Amplio no tiene bien resueltos sus problemas", dijo a El País. Consideró que blindar a Ancap de la oposición y los medios "es una práctica poco feliz", y que "empieza mal la gestión, aunque se puede corregir". "Hubiera sido deseable que se hiciera como siempre, que asumieran todos los directores y con la prensa independiente presente", afirmó.
 
Clima tenso
 
En la mañana de ayer hubo una reunión entre senadores nacionalistas (Luis Alberto Heber, Álvaro Delgado y Carlos Camy) y del Frente Amplio (Ernesto Agazzi y Rafael Michelini) donde se analizó la forma de mejorar el clima en el Senado y a la vez el futuro de las venias de Ancap.
 
No hubo acuerdo. Según planteó Michelini en la reunión, se debe "cuidar el honor de las personas", en alusión a la situación de Berti. El Frente Amplio en la reunión reclamó que haya "un relacionamiento más fluido" entre las partes, y precisó que lo sucedido en torno a las venias muestra que no está siendo así. Los nacionalistas lo reconocieron, ante lo cual Michelini replicó que el sector mayoritario del Partido Nacional, Todos de Luis Lacalle Pou, tiene que "cambiar" la actitud.
 
"Los que reivindican la positiva tienen que demostrarlo", afirmó Michelini a los medios, en referencia al slogan de la campaña pasada de la candidatura de Lacalle Pou. El sector Todos fue el promotor de la comisión investigadora sobre Ancap.