Fuente: LA PRENSA
El memorando de intenciones firmado en octubre pasado, en Moscú, y el acuerdo binacional suscrito el pasado 6 de marzo entre Bolivia y Rusia, en El Alto, prevé el enriquecimiento de uranio en territorio boliviano, algo considerado como “peligroso” por especialistas del medio ambiente. El memorando, al que tuvo acceso ANF, y el acuerdo firmado hace unos días establecen que las futuras negociaciones deberán ser acordadas por las legaciones diplomáticas de los países sin supervisión del Legislativo. El físico Francesco Zaratti dijo que para incursionar en plantas de energía “se necesita de mucha agua, un fuerte sistema de seguridad, reglas y controles muy serios, no es igual que un centro de investigación”, explicó.
El uranio es utilizado como fuente de energía en reactores nucleares. “Creemos que es nefasto que se quiera incursionar en la energía nuclear, esto sale de la línea que tanto se pregonaba desde el Gobierno, sobre el cuidado y respeto a la Madre Tierra”, dijo a ANF la diputada Fernanda San Martín, de Unidad Demócrata (UD) respecto al acuerdo que por parte de Rusia firman ejecutivos de Rosatom, una empresa transnacional rusa de tipo estatal, y por parte de Bolivia firma el ministerio de Hidrocarburos y Energía.
El artículo 10 del acuerdo señala que “los materiales nucleares transferidos al Estado Plurinacional de Bolivia bajo este acuerdo no serán enriquecidos al 20 por ciento o más en uranio-235 ni serán enriquecidos o reprocesados sin el previo consentimientos por escrito expedido de conformidad por la Federación Rusa”.
El uranio con bajo enriquecimiento (hasta un 5 por ciento) tiene fines pacíficos, pero con un nivel más alto es empleado tanto en plantas de energía nuclear como para la fabricación de armas nucleares Al respecto, los documentos suscritos señalan que Rusia ayudará a desarrollar la producción de uranio en el país. “Las Partes implementarán la cooperación de las siguientes áreas: el estudio de base de recursos minerales del estado Plurinacional de Bolivia para el desarrollo de su industria nuclear y la posible exploración y explotación de yacimientos de uranio”, establece el artículo 3 de uno de sus acuerdos. Ambos documentos establecen que el país también buscará instalar un reactor nuclear para producir energía, aunque no establece las cifras de la inversión necesarias con ese fin. Hace dos años, el presidente Evo Morales dijo que la planta nuclear podría costar 2.000 millones de dólares y estar instalada en el departamento de La Paz. Expertos dicen que el precio podría ser mucho más alto.
El reactor nuclear para generar energía es distinto al centro de investigación nuclear que se busca instalar en El Alto, también con el financiamiento y respaldo de Rosatom, que prevé la instalación de un ciclotrón para atender temas de salud, la generación de rayos gama, y otros aspectos para desarrollo industrial. Aunque no se han confirmado las cifras, Morales dijo que el centro costará 300 millones de dólares.
El artículo 8 del documento es una cláusula de confidencialidad, distribución limitada de la información y demanda que las partes limiten al máximo el círculo de personas que podrían tener acceso a esta información. El artículo 3 señala que “otras áreas de cooperación que pueden ser acordadas por las partes, por escrito, a través de canales diplomáticos”, excluyendo al Legislativo de la posibilidad de supervisión. La diputada San Martín, señaló que la adjudicación a Rosatom es por lo menos “sospechosa”, ya que esta empresa rusa enfrenta procesos y problemas de diverso tipo, como mal manejo de desechos nucleares, en por lo menos 20 países del mundo.
También dijo que se desconoce cómo es que se llegó a hacer un acuerdo con esa empresa, ya que no existe información de que se hubiera realizado una licitación internacional. “Hay términos que han intentado camuflar, sin embargo, sabemos que cuando dice que se construirá una infraestructura nuclear, están hablando de la infraestructura para la planta de energía”, no en el centro de investigación, agregó la legisladora. San Martín expresó que las autoridades “quieren tapar lo que en el memorándum está explicito, que el convenio se hace con la trasnacional Rosatom, pero en el acuerdo aparentan que el acuerdo es entre “Estados”. Zaratti, por su parte, expresó que es “aceptable” hacer una planta de investigación nuclear con fines de salud y otros, aunque observó los altos costos que están involucrados y la incertidumbre que causa la tecnología rusa.
El especialista, sin embargo, criticó fuertemente que se piense hacer una planta de energía nuclear en el país, por su alta peligrosidad, elevado precio y riesgos ambientales. “Son dos cosas muy distintas, un centro de investigación nuclear es aceptable, pero una planta de energía es algo criticable”, añadió. De todos modos, dijo, el proyecto no será completado sino en el largo plazo. En agosto de 2015, el Ministerio de Energía e Hidrocarburos socializó el alcance del “Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear”.
La exposición central estuvo a cargo del coordinador del Programa Nuclear Boliviano (PNB), Hernán Vera, quién explicó que ese centro tiene como objetivos llevar a cabo actividades nucleares no energéticas con fines pacíficos que se aplicarán en salud, industria, ciencia y tecnología y en el área académica. También se aclaró que su construcción y operación serán implementadas con el acompañamiento del Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA) de las Naciones Unidas.
El memorando de intenciones firmado en octubre pasado, en Moscú, y el acuerdo binacional suscrito el pasado 6 de marzo entre Bolivia y Rusia, en El Alto, prevé el enriquecimiento de uranio en territorio boliviano, algo considerado como “peligroso” por especialistas del medio ambiente. El memorando, al que tuvo acceso ANF, y el acuerdo firmado hace unos días establecen que las futuras negociaciones deberán ser acordadas por las legaciones diplomáticas de los países sin supervisión del Legislativo. El físico Francesco Zaratti dijo que para incursionar en plantas de energía “se necesita de mucha agua, un fuerte sistema de seguridad, reglas y controles muy serios, no es igual que un centro de investigación”, explicó.
El uranio es utilizado como fuente de energía en reactores nucleares. “Creemos que es nefasto que se quiera incursionar en la energía nuclear, esto sale de la línea que tanto se pregonaba desde el Gobierno, sobre el cuidado y respeto a la Madre Tierra”, dijo a ANF la diputada Fernanda San Martín, de Unidad Demócrata (UD) respecto al acuerdo que por parte de Rusia firman ejecutivos de Rosatom, una empresa transnacional rusa de tipo estatal, y por parte de Bolivia firma el ministerio de Hidrocarburos y Energía.
El artículo 10 del acuerdo señala que “los materiales nucleares transferidos al Estado Plurinacional de Bolivia bajo este acuerdo no serán enriquecidos al 20 por ciento o más en uranio-235 ni serán enriquecidos o reprocesados sin el previo consentimientos por escrito expedido de conformidad por la Federación Rusa”.
El uranio con bajo enriquecimiento (hasta un 5 por ciento) tiene fines pacíficos, pero con un nivel más alto es empleado tanto en plantas de energía nuclear como para la fabricación de armas nucleares Al respecto, los documentos suscritos señalan que Rusia ayudará a desarrollar la producción de uranio en el país. “Las Partes implementarán la cooperación de las siguientes áreas: el estudio de base de recursos minerales del estado Plurinacional de Bolivia para el desarrollo de su industria nuclear y la posible exploración y explotación de yacimientos de uranio”, establece el artículo 3 de uno de sus acuerdos. Ambos documentos establecen que el país también buscará instalar un reactor nuclear para producir energía, aunque no establece las cifras de la inversión necesarias con ese fin. Hace dos años, el presidente Evo Morales dijo que la planta nuclear podría costar 2.000 millones de dólares y estar instalada en el departamento de La Paz. Expertos dicen que el precio podría ser mucho más alto.
El reactor nuclear para generar energía es distinto al centro de investigación nuclear que se busca instalar en El Alto, también con el financiamiento y respaldo de Rosatom, que prevé la instalación de un ciclotrón para atender temas de salud, la generación de rayos gama, y otros aspectos para desarrollo industrial. Aunque no se han confirmado las cifras, Morales dijo que el centro costará 300 millones de dólares.
El artículo 8 del documento es una cláusula de confidencialidad, distribución limitada de la información y demanda que las partes limiten al máximo el círculo de personas que podrían tener acceso a esta información. El artículo 3 señala que “otras áreas de cooperación que pueden ser acordadas por las partes, por escrito, a través de canales diplomáticos”, excluyendo al Legislativo de la posibilidad de supervisión. La diputada San Martín, señaló que la adjudicación a Rosatom es por lo menos “sospechosa”, ya que esta empresa rusa enfrenta procesos y problemas de diverso tipo, como mal manejo de desechos nucleares, en por lo menos 20 países del mundo.
También dijo que se desconoce cómo es que se llegó a hacer un acuerdo con esa empresa, ya que no existe información de que se hubiera realizado una licitación internacional. “Hay términos que han intentado camuflar, sin embargo, sabemos que cuando dice que se construirá una infraestructura nuclear, están hablando de la infraestructura para la planta de energía”, no en el centro de investigación, agregó la legisladora. San Martín expresó que las autoridades “quieren tapar lo que en el memorándum está explicito, que el convenio se hace con la trasnacional Rosatom, pero en el acuerdo aparentan que el acuerdo es entre “Estados”. Zaratti, por su parte, expresó que es “aceptable” hacer una planta de investigación nuclear con fines de salud y otros, aunque observó los altos costos que están involucrados y la incertidumbre que causa la tecnología rusa.
El especialista, sin embargo, criticó fuertemente que se piense hacer una planta de energía nuclear en el país, por su alta peligrosidad, elevado precio y riesgos ambientales. “Son dos cosas muy distintas, un centro de investigación nuclear es aceptable, pero una planta de energía es algo criticable”, añadió. De todos modos, dijo, el proyecto no será completado sino en el largo plazo. En agosto de 2015, el Ministerio de Energía e Hidrocarburos socializó el alcance del “Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear”.
La exposición central estuvo a cargo del coordinador del Programa Nuclear Boliviano (PNB), Hernán Vera, quién explicó que ese centro tiene como objetivos llevar a cabo actividades nucleares no energéticas con fines pacíficos que se aplicarán en salud, industria, ciencia y tecnología y en el área académica. También se aclaró que su construcción y operación serán implementadas con el acompañamiento del Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA) de las Naciones Unidas.