El Consejo de Usuarios (CdU) define su agenda para 2026 y espera avanzar, entre otros temas, en el proceso regulatorio para nuevas inversiones en gasoductos.
El año 2026 promete finalizar la tan esperada revisión tarifaria para las empresas de transporte de gas natural, y el Consejo de Usuarios (CdU) espera que la superación de este (complejo) debate allane el camino para desbloquear nuevos puntos en la agenda del sector a partir del próximo año. Uno de estos puntos es la definición de un proceso regulatorio para la aprobación de nuevas inversiones en la red de gasoductos y para la incorporación de estos proyectos en las tarifas de transporte.

El CdU, que agrupa a un grupo heterogéneo de usuarios del sistema de transporte, desde clientes industriales hasta productores y comercializadores, distribuidores de gas y centrales térmicas, aprobó este mes su agenda prioritaria para 2026.

Además de la revisión tarifaria, la lista incluye:

La conclusión de la revisión de la Resolución 15/2014 de la Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP), centrada en tarifas diferenciadas (para centrales térmicas, almacenamiento y transporte de corta distancia) y tipologías de inversión; las discusiones sobre el uso de la Cuenta Regulatoria y los multiplicadores de las tarifas de corto plazo (tema iniciado en 2025, pero aún no agotado); el tratamiento regulatorio y el seguimiento de las nuevas inversiones en la expansión del sistema de transporte; y el inicio de la definición de códigos comunes de acceso a la red, previsto para 2027 en la agenda de la ANP; el plan de contingencia del sector (obligación estipulada en la Ley del Gas de 2021 y que debe ser desarrollado conjuntamente por transportistas y transportistas); y la agenda en curso de armonización de los contratos de transporte. El tratamiento de las inversiones es una asignatura pendiente. En una entrevista con la agencia Axios, la presidenta de la CdU, Sylvie D’Apote, explica que uno de los debates iniciados en 2025 y que quedó pendiente para el próximo año se refiere al proceso de aprobación de nuevas inversiones.

La CdU exige una gobernanza más definida en este asunto. “Es importante que no haya superposición de responsabilidades [entre los diferentes planes sectoriales]”, afirma D’Apote.

Una referencia a la coexistencia entre:

el Plan Coordinado, mediante el cual los transportistas proponen 30 proyectos en la red de gasoductos con un total de R$ 37 mil millones en inversiones (conozca cada uno de ellos); el Plan Nacional Integrado de Infraestructura de Gas Natural y Biometano (PNIIGB), de la Empresa de Investigación Energética (EPE), reúne 13 proyectos considerados prioritarios para ampliar el suministro de gas natural y biometano, así como para mitigar cuellos de botella y expandir la red integrada de gasoductos en el país. El Consejo de Usuarios aboga por la definición de un proceso regulatorio que determine qué inversiones deben o no considerarse parte del sistema de transporte y cómo se incorporarán sus costos a la Base Regulatoria de Activos (BRA) y, en consecuencia, a las tarifas.

La CdU defiende, por ejemplo, la necesidad de separar de la BRA aquellas inversiones que buscan servir intereses específicos, para evitar la socialización indebida de costos y la creación de subsidios cruzados. El vicepresidente de la CdU, Adrianno Lorenzon, afirma que se espera que la segunda fase de la revisión de la Resolución 15/2014 y la revisión tarifaria comiencen a aclarar la cuestión.

La ANP (Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles) ya ha indicado que solo los proyectos con autorizaciones de construcción vigentes se incorporarán a la BRA (Marco Regulatorio Brasileño), lo que debería posponer el impacto tarifario de algunos proyectos.

“La segunda fase de la revisión de la Resolución 15/2014 incorporará más elementos, y se espera que defina la tipología de inversión y el proceso regulatorio para la aprobación de cada tipo: qué debe someterse a consulta pública y qué no; qué se aprueba de oficio y qué no. El campo para este tipo de definición aún está abierto, y 2026 debería ser el año para debatirlo”, comentó Lorenzon.

2025 marcó un hito para el sector. Tras una intensa movilización de los usuarios, las hojas de cálculo —y, posteriormente, el contenido de los propios contratos heredados— finalmente se hicieron públicas. Un hito (aunque con modificaciones) para la transparencia y la reducción de las asimetrías de información en el sector.

“Fue un hito para el propio regulador. La ANP comprendió la complejidad del tema y la importancia de establecer su propio proceso regulatorio… de que el regulador se hiciera cargo del asunto y propusiera un plan de acción”, afirmó Lorenzon. Las propuestas de las empresas de transporte, que indicaban tarifas más altas en la mayoría de los escenarios, frustraron las expectativas del mercado. Y, tras la presión de la CdU para obtener más tiempo para analizar las cifras de las empresas de transporte, la ANP pospuso la revisión hasta 2026, basándose en un nuevo plan de acción que prevé la revisión gradual del proceso.

"Nuestra postura es que es mejor tener una regulación sólida y duradera, sin ajustes, que actuar con rapidez. No son temas fáciles; hay cientos de documentos y queremos participar activamente en el debate sobre tarifas", comentó D'Apote.

Fuente: AXES