Los picos de demanda provocados por las olas de calor tienden a ser cada vez más intensos y menos predecibles.
Los datos indican una correlación entre los picos de demanda y los períodos de olas de calor en el país durante los últimos dos años (Foto Marcelo Camargo/Agência Brasil). RÍO — El cambio climático ya está imponiendo la “mejora continua de las metodologías y criterios para la planificación y operación de la red”, según un estudio publicado este martes (23 de diciembre) por la Empresa de Investigación Energética (EPE). Según el documento (lea la ficha completa en .pdf), elaborado en colaboración con el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) y la Cámara de Comercialización de Energía Eléctrica (CCEE), el aumento de las temperaturas y la mayor frecuencia de las olas de calor están haciendo que las proyecciones de demanda sean cada vez más complejas. Desde un punto de vista operativo, la ficha advierte que “asegurar la capacidad del sistema para satisfacer las fluctuaciones abruptas en la demanda eléctrica” se vuelve más difícil, ya que “las variaciones en las condiciones climáticas, como las olas de calor, tienden a generar picos de consumo cada vez más intensos y menos predecibles”.

Para abordar este desafío, EPE informa que está desarrollando un modelo para evaluar el efecto de la temperatura en la carga eléctrica y diseñar mejor los escenarios de posibles impactos climáticos en la demanda eléctrica.

Equipos de aire acondicionado. El estudio destaca que el cambio climático afecta el comportamiento del consumidor, especialmente a través del mayor uso de equipos de aire acondicionado. El estudio también cita resultados de la Estrategia Nacional de Adaptación del Plan Clima, que indican un aumento de la temperatura media y olas de calor en todas las regiones de Brasil.

EPE señala que la posesión de aire acondicionado aumentó un 18 % entre 2005 y 2019, y que este podría representar entre el 13,7 % y el 17,9 % del consumo residencial en 2036.

Datos recientes del Sistema Interconectado Nacional (SIN) indican una correlación entre la demanda máxima y los períodos de olas de calor en el país en los últimos dos años, lo que destaca el desafío adicional que el clima impone a la planificación energética.

Impactos regionales: El análisis regional muestra impactos diferenciados en los subsistemas. En el Norte, a pesar de la baja amplitud térmica, existe una tendencia climática de aumento de la duración de las sequías, lo que podría incrementar la demanda de aire acondicionado.

En el Noreste, si bien las precipitaciones contribuyen al confort térmico, el documento señala que la fuerte tendencia al aumento de la frecuencia y duración de las sequías podría incrementar la demanda de aire acondicionado.

En el Sureste y el Centro-Oeste, donde se concentra la mayor parte de la población, EPE observa una fuerte correlación entre la variable de temperatura y el aumento del consumo eléctrico. En el Sur, la mayor amplitud térmica del país implica que tanto el calor como el frío ejercen presión sobre la demanda, además de la exposición a eventos extremos.

Además, EPE señala otras complejidades relacionadas con factores socioeconómicos y culturales que influyen en los hábitos de consumo, como el crecimiento del parque de vehículos eléctricos y la expansión de la autogeneración, que aumentan aún más la incertidumbre sobre la demanda futura del SIN (Sistema Interconectado Nacional).

Fuente: AXES