Fuentes del área de gobernanza indican que el aplazamiento de la reunión se debió a dos aspectos cruciales: la discrepancia en las agendas de los miembros del Consejo y la imperiosa necesidad de finalizar los modelos e informes técnicos que se someterán a consideración. La administración considera que, dada la magnitud de las decisiones, es preferible que el equipo consolide y valide completamente el material antes de someterlo a votación en el pleno.
La reunión se ha pospuesto debido a ajustes en la agenda y la finalización de la documentación; se espera que el fondo nacional de transición energética domine las discusiones, mientras persiste la incertidumbre sobre Angra 3. El Fondo Nacional de Transición Energética Dominará los Debates: La próxima reunión se centrará en la definición del modelo del fondo nacional destinado a financiar la transición energética, iniciativa anunciada por el gobierno durante la COP30, celebrada en Belém. Este instrumento se considera una de las estrategias clave de la administración federal para ampliar la capacidad de inversión en proyectos de energía limpia, eficiencia energética, industrialización verde y tecnologías emergentes como el hidrógeno de bajas emisiones, la captura y almacenamiento de carbono y los sistemas de almacenamiento de energía.
Si bien ya se presentó el diseño conceptual del fondo, aún se debaten puntos críticos. Entre ellos se encuentran la estructura de gobernanza y los criterios de elegibilidad de los proyectos. Igualmente relevantes son la composición de las fuentes de financiación y la definición clara del papel que desempeñarán la banca pública y multilateral.
La deliberación en el CNPE (Consejo Nacional de Política Energética) se considera un paso esencial para consolidar el modelo, brindar previsibilidad al mercado y allanar el camino para las negociaciones con instituciones financieras e inversores privados.
Angra 3 sigue sin definirse y podría quedar fuera de la agenda. A pesar de la importancia de la agenda climática, persisten las dudas sobre la inclusión del tema más sensible del sector eléctrico: la finalización de Angra 3. El proyecto nuclear, iniciado en la década de 1980 e interrumpido repetidamente, aún se encuentra en la fase de estudio económico y de ingeniería, que, según fuentes gubernamentales, aún no ha concluido.
La falta de consenso interno para llevar el debate a la reunión del CNPE mantiene a la planta en el limbo precisamente en un momento en que el país está revisando su estrategia nuclear y buscando diversificar su matriz energética.
Una posible decisión sobre Angra 3 tendría un impacto significativo en diversas variables del sector eléctrico, incluyendo las previsiones de expansión de la oferta energética y el coste marginal de operación. Igualmente afectadas se verían la moderación tarifaria y la capacidad firme de la matriz eléctrica nacional. La prolongada incertidumbre frustra las expectativas del sector, que espera la orientación del gobierno sobre el futuro del proyecto y su papel en una estrategia de seguridad energética a largo plazo.
El sector sigue de cerca la evolución de los acontecimientos. Con la reunión pospuesta y la agenda aún en desarrollo, las expectativas entre las empresas y los agentes del sector eléctrico para las próximas semanas son cada vez mayores. La deliberación sobre el fondo nacional de transición energética y el eventual avance, o aplazamiento, de las discusiones sobre Angra 3 deberían indicar el grado de prioridad que el gobierno otorgará a la descarbonización, la competitividad industrial y el fortalecimiento de la seguridad energética en el período posterior a la COP30.
Las decisiones, o la falta de ellas, del Consejo Nacional de Política Energética (CNPE) probablemente definirán el rumbo de la política energética brasileña en 2025, influyendo directamente en las inversiones, las proyecciones del mercado y los debates regulatorios en curso.
Fuente: Escenario Energético
