En la clasificación de países según su grado de preparación para la transición energética, "Brasil se encuentra en un punto intermedio", evalúa Clarissa Lins, socia fundadora de Catavento Consultoria. En una entrevista con Estúdio Axios en la COP30, Clarissa explica que, por lo tanto, Brasil entra al debate con ventaja, ya que fomenta el diálogo entre productores y consumidores y reconoce que los países enfrentan distintos desafíos en el proceso de descarbonización. Vea la entrevista completa arriba.
La presidencia brasileña de la COP30 trajo a Belém una metodología innovadora, desarrollada por la consultora Catavento, que propone criterios para guiar la "hoja de ruta" de la transición global hacia el abandono de los combustibles fósiles. El modelo reúne 22 indicadores en tres dimensiones —económica, energética y climática— para clasificar a los países según su grado de preparación para la transición.
La evaluación considera las emisiones históricas, el peso de los combustibles fósiles en la economía, la solidez institucional, la seguridad energética, la competitividad en energías renovables, la integración tecnológica y el acceso a la financiación. Los países bien equipados son aquellos que están "bien preparados para afrontar estas dos transiciones, la económica y la energética"; mientras que, en el extremo opuesto, los países con menor equipamiento se enfrentan a una fuerte dependencia de los combustibles fósiles, instituciones frágiles y poco capital competitivo, un perfil común en algunas partes de África. "Y Brasil se encuentra en el medio", afirma.
La inclusión del carbón en el modelo, además del petróleo y el gas, refuerza que los 15 países analizados presentan importantes vulnerabilidades en materia de seguridad energética, factores determinantes para calibrar el ritmo de la transición. Arquetipos contrastantes. Clarissa Lins citó a Alemania como ejemplo de un país bien preparado (economía diversificada, instituciones sólidas y dependencia moderada de los combustibles fósiles), capaz de acelerar y liderar la transición.
En el otro extremo se encuentran las economías cuyos ingresos dependen de la extracción de combustibles fósiles, con escaso acceso al capital y una baja integración con las energías renovables. “Siempre procuramos no nombrar a un país en particular, sino analizar sus características”, reflexionó.
Estas asimetrías ayudan a explicar la resistencia de los petroestados y los países africanos a incluir una referencia explícita a la reducción de combustibles fósiles en el texto final de la COP. La herramienta brasileña fortalece la negociación. Para la ejecutiva, el estudio funciona como una baza diplomática al destacar “los dilemas y las disyuntivas de la transición” y cambiar la narrativa que antes demonizaba a los productores. Hoy en día, afirmó, la idea predominante es que la transición requiere diálogo entre productores y consumidores y trayectorias ajustadas a las condiciones de cada país.
Brasil, al ser también productor, gana legitimidad en este debate. El país intenta hacer que el debate sea más realista y políticamente viable, reconociendo las desigualdades estructurales y los diferentes ritmos para desbloquear las negociaciones y sostener una transición ordenada.
La entrevista se emitió en el programa Diálogos de Transición de la COP30 el miércoles 19 de noviembre. Véala completa. Presentado por Mariana Procópio, el programa destaca los principales eventos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2025, celebrada en Belém (Pensilvania). Suscríbete al canal de YouTube de la agencia, activa las notificaciones y mantente al día con todo el contenido.
Principales temas abordados por el socio de Catavento: Metodología de transición: un enfoque multidimensional basado en seis dimensiones para estructurar la transición más allá de los combustibles fósiles. Análisis de indicadores: uso de 22 indicadores para medir la preparación y clasificar a los países según su dependencia de los combustibles fósiles, capital y solidez institucional. Preparación de los países: creación de arquetipos nacionales que permitan comparar perfiles y madurez para la transición. Desafíos para los países dependientes: los países con alta dependencia enfrentan limitaciones estructurales que impiden avanzar al ritmo necesario. Función estratégica del estudio: el informe actúa como una herramienta persuasiva para aunar los intereses de productores y consumidores. El carbón es un caso especial: el análisis recomienda un enfoque específico para este tipo de carbón, dadas sus particularidades regionales y sectoriales. Soluciones tecnológicas: una combinación de rutas orientadas a la descarbonización de la producción, incluyendo el metano, la electrificación y la captura de carbono. Combustibles sostenibles: se impulsa la expansión de biocombustibles avanzados y combustibles agrícolas sostenibles (SAF) como alternativas en sectores de difícil electrificación.
Fuente: AXES
