A pocas horas del reinicio oficial de las conversaciones sobre el Anexo C con la visita del canciller brasileño Mauro Vieira, el ingeniero Pedro Ferreira, expresidente de la ANDE durante el gobierno de Mario Abdo Benítez, lanzó una dura advertencia: Brasil ya logró su principal objetivo en abril de 2024, cuando los presidentes Lula da Silva y Santiago Peña acordaron que a partir de enero de 2027 la tarifa de Itaipú caerá a su nivel histórico más bajo tras eliminar todos los gastos discrecionales ligados al servicio de la deuda.
"Con una tarifa tan baja, Paraguay pierde prácticamente todo margen de maniobra para obtener nuevos beneficios a futuro. Brasil queda en una posición de ventaja creciente con el paso del tiempo", afirmó Ferreira en diálogo con este medio.
El ex titular de la ANDE señaló que ya se desperdició uno de los dos años clave que restaban para alcanzar un acuerdo sólido y equilibrado. Además, recordó que cualquier nuevo entendimiento deberá pasar por la aprobación de los Congresos de ambos países, lo que añade complejidad y tiempo al proceso.
Ferreira criticó con dureza el hermetismo que rodea las negociaciones. "En Itaipú tiene que terminar la opacidad. No sabemos qué le planteó exactamente el canciller brasileño a Rubio Pecci, y las resoluciones tomadas en 2024 siguen bajo confidencialidad. La ciudadanía paraguaya tiene derecho a conocer los detalles de algo que impactará por décadas recordó.
El experto explicó que, históricamente, el presupuesto anual de Itaipú rondaba los USD 3.300 millones, de los cuales USD 2.100 millones se destinaban al pago de la deuda. Con la amortización total ya consumada, la tarifa debe bajar necesariamente.
"El punto clave es cómo se reparte ese beneficio. Si solo se traslada la reducción al comprador (Brasil), ellos se quedan con cerca del 80 % del ahorro. Pero si reconocemos que Itaipú es una entidad plenamente binacional, ese beneficio liberado por no pagar más deuda debe dividirse 50 % y 50 % entre Paraguay y Brasil", argumentó.
Ferreira insistió en que Paraguay debe definir urgentemente tres cuestiones estratégicas antes de 2027:
Cómo ejercerá su soberanía sobre la energía que le corresponde y que hoy está obligada a ceder a Brasil. Qué destino dará a esa energía más barata (industrialización, venta a terceros países o mercado interno). Qué precio justo debe pagar Brasil por la energía paraguaya que decida seguir comprando. "Si no tenemos un plan claro y no negociamos con firmeza, el único ganador seguirá siendo Brasil", sentenció el ingeniero.
Fuente: El Nacional
