Un nuevo análisis de la reconocida consultora internacional Rystad Energy señala que la oferta petrolera de alta mar en América del Sur y Vaca Muerta jugarán un papel clave en el suministro mundial de petróleo fuera de la OPEP+ hasta 2030.
Un reciente informe de la reconocida consultora noruega Rystad Energy destacó que el aumento de la producción de petróleo que se espera de cara a 2030 provendrá no solo de Sudamérica, sino centralmente del offshore de América del Sur y de la expansión de Vaca Muerta, ya que consideró que están bien posicionadas para suministrar barriles competitivos.

El documento subraya que la demanda global de crudo se proyecta que alcanzará un pico alrededor de los 107 millones de barriles diarios a comienzos de la década del 2030. En ese escenario, Rystad indicó que la producción proveniente de la los países que integran la Organización de Países Exportadores de Petróleo y Rusia (OPEP+) no podrá cubrir enteramente la demanda futura, de modo que los productores no–OPEP+, entre ellos los de América del Sur, serán decisivos.

En detalle, la consultora estimó que casi el 60% de los volúmenes convencionales en desarrollo y descubiertos para 2030 provendrán de países no miembros de la OPEP+, una producción que estimó en 5,9 millones de barriles por día.

En el análisis, la región sudamericana se proyecta como el principal impulsor del crecimiento de la oferta este año, añadiendo más de 560.000 barriles por día de crudo y condensado, seguida por Norteamérica con aproximadamente 480.000 barriles diarios. Para el año que viene, Rystad espera que las adiciones de América del Sur superen los 750.000 barriles por día, manteniéndola entre las pocas regiones con incrementos de más de medio millón de barriles diarios por año.

Los barriles de Vaca Muerta y el offshore

El offshore en Brasil, Guyana y Surinam representa una parte sustancial del crecimiento proyectado por la consultora, que estimó que más del 65 % de la producción convencional sudamericana hasta 2030 procederá de esos proyectos que ya están en operación o entrarán en funcionamiento en los próximos años. En tanto que en lo que hace al shale de Vaca Muerta, el informe remarca que también será una fuente relevante de barriles competitivos hasta 2030.

Aunque el estudio menciona a Vaca Muerta como parte del panorama de crecimiento regional, el texto no lo separa con nivel de detalle cuantitativo como los campos offshore, pero lo ubica en la posición de “bien posicionada para aportar barriles de coste competitivo hasta 2030”. El estudio sí añade que Sudamérica ha sido un “driver consistente de exportaciones netas de petróleo” y que países como Argentina, Guyana, Surinam, Brasil, Colombia y Ecuador están entre los que sostendrán contribuciones significativas al menos hasta mediados de la década de 2030.

Pozos declinantes e inversiones

El informe de Rystad señala que, aunque la demanda se mantiene sólida en la década del 2030, a partir de mediados de esa década podría abrirse una brecha entre oferta y demanda de no –OPEP+ si la inversión no mantiene el ritmo.

En ese sentido, la consultora marca que la región enfrenta un entorno de inversión creciente: el sector upstream de petróleo en Sudamérica superó los 46.000 millones de dólares el año pasado, el nivel más alto desde 2015 Y marca que se espera que crezca un 10 % este año antes de estabilizarse cerca de los 50.000 millones de dólares anuales durante la próxima década. En ese paquete, actualmente Vaca Muerta concentra el grueso de las inversiones de toda la Argentina, con cerca de 10.000 millones de dólares en este año, en la víspera de los grandes planes del oleoducto VMOS y el GNL.

El estudio destaca que los pozos actuales disminuirán su producción: se prevé que para 2030 entreguen menos de la mitad de su nivel actual, lo que exige inversión sostenida en campos nuevos y en existencia. En ese contexto, la región sudamericana requiere un fuerte empuje de decisiones finales de inversión (FID) para campos convencionales entre 2020 y 2030: se estima un gasto de capital acumulado de cerca de 197.000 millones, concentrado en proyectos offshore de aguas profundas.

La infraestructura de producción offshore también avanza: el uso de buques flotantes de producción, almacenamiento y descarga (FPSO) lidera el desarrollo en Brasil y Guyana, apoyando el crecimiento de la oferta convencional.

Fuente: Río Negro