El petróleo no convencional ya representa el 60% del total producido, mientras que el gas asociado se dispara y compensa la menor actividad gasífera.
Shale oil: en los primero ocho meses del año se conectaron 61 pozos más que en igual período de 2024.

El shale sigue marcando el pulso de la producción de petróleo y gas en 2025. El desarrollo de los recursos no convencionales en Vaca Muerta consolidó su papel central en el sistema energético argentino.

Según el último informe de Economía y Energía E&E) la producción de petróleo y gas se aceleró fuertemente en los primeros ocho meses del año, impulsada por un incremento sostenido del shale oil y un repunte del gas asociado a la extracción de crudo. En agosto de 2025, la producción nacional de crudo alcanzó los 831 mil barriles por día (kbbl/d), el nivel más alto desde principios de siglo, con un incremento interanual del 14,6%. Entre enero y agosto, la producción promedio fue de 782 kbbl/d, un 12,5% más que en el mismo período de 2024.

De dónde viene el nuevo petróleo

El verdadero protagonista fue el shale oil, cuya participación llegó al 60% del total producido, con un salto de casi 100 kbbl/d interanual. Solo en agosto, su producción creció 30,8% interanual, consolidando una tendencia de crecimiento sostenido. Durante los primeros ocho meses del año, se conectaron 61 pozos más que en igual período de 2024. Las áreas con mayor incremento de actividad fueron La Angostura Sur I, Rincón de Aranda, Puesto Parada y Aguada del Chañar. Sin embargo, en agosto se notó una desaceleración mensual en la conexión de nuevos pozos.

De acuerdo con los datos de E&E, ésta fue la producción de shale oil, según la ventana de generación: Black Oil: representó el 78% del crecimiento del shale oil en agosto, con áreas clave como La Angostura Sur I, Bandurria Sur y Bajada del Palo. Creció 27% interanual. Volatile Oil: mostró el mayor dinamismo relativo, con un salto del 110% interanual en agosto. Las áreas más activas fueron El Trapial Este, Bajo del Choique - La Invernada y Los Toldos I Norte.

Wet Gas: tuvo una suba del 27%, impulsada casi exclusivamente por el desarrollo en La Calera.

Dry Gas: fue la única ventana con caída de producción, principalmente por la baja en Sierra Chata. El gas asociado, el gran protagonista del año La producción de gas natural también creció, aunque a menor ritmo que el petróleo. En agosto, alcanzó los 157 millones de metros cúbicos diarios (MMm³/d), con un promedio de 147 MMm³/d en el año, un 4,2% más que en el mismo período de 2024.

Según publicó la consultora que dirige Nicolás Arceo, el shale gas aportó el 53% del total y subió tres puntos porcentuales respecto al año pasado. Y el gas convencional también subió 2,7%, con mayor actividad en el área Fénix, Cuenca Austral. El mayor dinamismo dentro del gas natural vino por el lado del gas asociado al petróleo. En los primeros ocho meses, la producción de gas asociado shale creció 45% interanual, alcanzando los 25 MMm³/d en agosto.

Esta suba compensó la caída de actividad en las ventanas exclusivamente gasíferas, donde se conectaron 10 pozos menos que en 2024. El gas seco promedió 56 MMm³/d, con una suba marginal del 1,7% interanual y representó el 72% de la producción de shale gas, pero el ritmo de crecimiento se desaceleró debido a la menor perforación. Las áreas con mayor caída en actividad fueron Aguada Pichana Oeste, El Mangrullo y Sierra Chata.

"Aunque los datos muestran una expansión sostenida del shale, especialmente en petróleo y gas asociado, también revelan una desaceleración en las áreas exclusivamente gasíferas. Esto marca un posible reordenamiento estratégico de inversiones, priorizando la rentabilidad del crudo y el aprovechamiento del gas que lo acompaña" señala el reporte.

Fuente: Mejor Energía