Según el director de operaciones de la consultora, Luiz Vianna, la modernización de la infraestructura eléctrica requiere la digitalización de la red, la descentralización de la generación y la adopción de tecnologías. "Es necesario invertir en la carga inteligente y el intercambio de energía entre los vehículos y la red, por ejemplo. Por lo tanto, la evolución de la electromovilidad requiere planificación, integración e inversiones coordinadas de múltiples actores: el gobierno, la industria automotriz, las compañías energéticas y los consumidores. En otras palabras, requiere una transformación significativa del sector eléctrico nacional", comenta el ejecutivo.
El estudio también destaca la necesidad de revisar el modelo tarifario brasileño para incorporar nuevas realidades, como los tiempos de carga y la autonomía de los vehículos eléctricos.
"Es necesario buscar soluciones regulatorias que consideren los ingresos por servicios de plataforma, mecanismos para ajustar el rendimiento de las distribuidoras y una mayor flexibilidad tarifaria", afirma Vianna.
La reforma del sector eléctrico, inicialmente prevista en la Medida Provisional 1300/2025, se transfirió a la Medida Provisional 1304/2025, que está a la espera del informe del senador Eduardo Braga (MDB/AM).
La encuesta de Thymos clasifica la expansión de vehículos eléctricos en el parque automotor brasileño como lenta en comparación con otros países y regiones, como China y Europa. Si bien las ventas aumentaron un 85 % en 2024 en comparación con 2023, menos del 7 % de los vehículos matriculados el año pasado fueron eléctricos, lo que, según la consultora, demuestra que el país aún se encuentra en las primeras etapas de la transición.
El estudio señala los altos costos de adquisición y de las baterías, los altos impuestos a los vehículos eléctricos, la complejidad fiscal y la insuficiente infraestructura de carga entre las principales barreras para la expansión de los vehículos eléctricos.
La movilidad eléctrica pública brasileña se ve afectada por este escenario. Según Thymos, menos del 1% de la flota nacional de autobuses públicos es eléctrica: unos mil. Chile, por otro lado, cuenta con la flota más grande de Latinoamérica, con aproximadamente 2.600 vehículos.
Fuente: Axis