A las 9 de la mañana, Julia Limay, de 56 años, hace fila en una pollería de Villa Pabón, en La Paz. Decenas de clientes esperan casi una hora para conseguir algo de carne. “Hay muy poca mercadería, así que hay que venir temprano para darle gusto a la comida”, cuenta reportaje del periódico La Nación de Argentina, reflejando los cambios de hábitos de una clase media que, tras años de bonanza, hoy se enfrenta a la escasez.
Limay recuerda con amargura lo que considera un error histórico: “El Gobierno recibió un ‘premio’ de los gobiernos anteriores, que fue la plata del gas. Pero nunca hicieron nada para aumentar esa riqueza. Y hoy todos los bolivianos pagamos las consecuencias”, dice, consultada por el medio argentino.
Fuente: El Deber
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