En un discurso marcado la negación de la gravedad de la crisis, el presidente Luis Arce reconoció —aunque de forma parcial— los problemas que atraviesa el país: escasez de combustibles, presión sobre el mercado cambiario y especulación de precios. Sin embargo, insistió en que estas dificultades son “coyunturales” y que no reflejan debilidad del modelo económico, sino el “esfuerzo que implica la transformación del país”.
“A pesar del sabotaje y complot, sostuvimos la subvención a los hidrocarburos. No suspendimos la salud gratuita ni los bonos”, dijo Arce, aludiendo a presuntos intentos de desestabilización sin identificar responsables ni mostrar evidencia. Con un tono nacionalista, afirmó que su gobierno “jamás se arrodilló ante ningún imperio” y defendió la industrialización de los recursos naturales, especialmente el litio.
Fuente: El Deber
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