La mesa estuvo compuesta también por figuras clave del sector: Hugo Zárate, director técnico de Itaipú Binacional; el ingeniero Guillermo Krauch, presidente del Instituto de Profesionales Paraguayos de Sistemas Eléctricos (IPPSE); y el ingeniero Víctor Giménez, vicepresidente de la Asociación Paraguaya de Energías Renovables (APER). La intervención de Escudero fue una radiografía técnica de la situación energética del Paraguay y de los ambiciosos planes de inversión que impulsa la ANDE para sostener el crecimiento y evitar una crisis de potencia en la próxima década. El desafío: ¿Crisis energética en el horizonte? Escudero abrió su exposición reconociendo que existen voces que alertan sobre un posible colapso energético entre 2033 y 2034. Aunque reconoció que hay razones para encender las alarmas, también aclaró que no se trata de una crisis de energía, sino de potencia disponible.
La distinción técnica entre energía y potencia fue uno de los ejes conceptuales de su ponencia. Mientras que la energía se refiere a la cantidad total de electricidad generada en un periodo determinado, la potencia alude a la capacidad instantánea del sistema para abastecer la demanda en momentos específicos. Es en este último punto es donde radica la fragilidad del sistema si no se concretan las inversiones planeadas.
Inversión y planificación: las claves de la estrategia de la ANDE
“Estamos hablando de una potencia equivalente a una máquina y media de Itaipú. Pero esto no se va a repetir. La ventana de oportunidad se cerró. Ya no hay más energía disponible para nuevos contratos en ese rubro”, advirtió. Escudero fue tajante al subrayar que estos contratos pagan una tarifa técnica en dólares, algo inusual en el sistema tarifario nacional, que se rige por tarifas políticas. Este detalle, lejos de ser menor, revela una diferencia estructural en cómo se valoriza la energía entre el sector empresarial internacional y el usuario doméstico paraguayo. Megaproyectos en marcha: líneas de transmisión, subestaciones y más Una parte sustancial del plan de inversión está centrada en fortalecer la red de transmisión en 500 kV, clave para evacuar con seguridad y confiabilidad la energía generada en las binacionales, especialmente desde Itaipú y Yacyretá. Escudero detalló que ya se han construido varias líneas de 500.000 voltios y que se están incorporando nuevos tramos, incluyendo: - Una nueva línea de transmisión entre Yguazú y Valenzuela. - La tercera subestación de 500 kV en el área metropolitana, ubicada en Emboscada, con financiamiento del BID y el Banco Europeo de Inversiones. - Una cuarta línea de 500 kV desde Itaipú hasta Villa Hayes, con ampliaciones en las subestaciones de Ayolas y Villa Hayes.
Además, se están encarando inversiones urgentes bajo la modalidad de leasing operativo. Este año se licitarán unas 11 obras emergenciales, ya que muchas de ellas no pueden esperar a los lentos mecanismos de crédito tradicional. El caso del Chaco: expansión eléctrica hacia el oeste Otro frente de expansión está en la Región Occidental, históricamente relegada en materia en cuanto a infraestructura energética. Actualmente, solo una línea de 220 kV llega hasta Loma Plata, pero Escudero anunció que ya se iniciaron obras para una segunda línea con trazado por el norte: Villa Hayes-Villa Real-Pozo Colorado-Loma Plata. “En breve estaremos adjudicando la subestación Carmelo Peralta y extendiendo redes de 220 kV en todo el Chaco. Esta región está experimentando una fuerte demanda energética por el crecimiento productivo y urbano”, afirmó. Generación: el salto pendiente En cuanto a generación, Escudero explicó que el Plan Maestro de Generación contempla un horizonte de 20 años. Los proyectos de generación son de lenta maduración, y por eso requieren planificación con tiempo. Allí se abre el debate sobre la clase de generación que necesita el país. Actualmente, el Paraguay cuenta con una matriz energética 100% renovable y firme, gracias a la hidroelectricidad. Esta base sólida permitiría una mayor incorporación de energías intermitentes, especialmente la fotovoltaica.
- Proyectos sobre el río Paraguay. - Desarrollo de sistemas de almacenamiento de energía, necesarios para gestionar la generación solar y responder a los picos de demanda, especialmente el de la siesta, que ya supera al pico nocturno en los días calurosos. El sector privado entra en juego Uno de los anuncios más significativos fue la apertura al sector privado para el desarrollo de proyectos de generación. Escudero enumeró los tres marcos legales bajo los cuales se podrán canalizar estas inversiones: - Ley 6977, para renovables no convencionales (principalmente fotovoltaica), actualmente en proceso de modernización legislativa. - Ley 7299, que modifica la Ley 3009 y regula pequeños proyectos hidroeléctricos. Su reglamentación está en proceso. - Ley 7254, moderna legislación sobre alianzas público-privadas (APP) que habilita al capital privado a participar en proyectos de generación y transmisión. “Queremos que la generación sea una oportunidad para el sector privado. Y hay instrumentos legales listos para usarse. No hay excusas”, enfatizó Escudero. Paraguay en una encrucijada energética La ponencia del ingeniero Escudero dejó en claro que el sistema eléctrico paraguayo enfrenta una encrucijada estructural. Si bien el país cuenta con energía asegurada gracias a sus represas hidroeléctricas, el crecimiento en la demanda –por factores como el auge de la criptominería y la urbanización– está tensionando la disponibilidad de potencia firme.
La solución planteada es una combinación de planificación estratégica, inversión sostenida y participación privada. A diferencia de improvisaciones pasadas, hoy el Paraguay necesita que se actúe ahora, no dentro de cinco años, no cuando llegue el apagón. La energía no espera y el desarrollo tampoco. Potencia “Estamos hablando de una potencia equivalente a una máquina y media de Itaipú. Pero esto no se va a repetir”.
Fuente: ABC