En una decisión que marca un giro estratégico, la OPEP+ (la alianza entre la OPEP y países productores como Rusia) acordó este domingo aumentar su producción de petróleo en 547.000 barriles diarios desde septiembre, completando así la reversión del recorte de 2,2 millones de barriles diarios impuesto por ocho miembros en 2023.
Según informó la agencia Bloomberg, la medida, impulsada por Arabia Saudita y apoyada por sus socios apunta a recuperar cuota de mercado perdida frente a productores como Estados Unidos, Brasil y Canadá. Este cambio de rumbo busca aprovechar la fortaleza de la demanda estacional, pero también introduce el riesgo de generar una sobreoferta de crudo global durante el próximo invierno boreal.
Algunos analistas advierten que, en un escenario de desaceleración económica global, el mercado podría enfrentar un exceso significativo de oferta, lo que pondría presión bajista sobre los precios del crudo.
El impacto para la Argentina podría ser inmediato. Con una balanza comercial sostenida en gran parte por las exportaciones energéticas, especialmente de petróleo, una caída del precio internacional afectaría los ingresos externos en un momento de fuerte aumento de las importaciones.
Durante el primer semestre del año, el país registró un superávit energético de U$S 2.788 millones. Según datos de la consultora Economía y Energía, dirigida por Nicolás Arceo, solo las exportaciones de petróleo crecieron interanualmente (+25%), mientras que las de gas natural, naftas y bunker mostraron caídas en valor.
De hecho, si se excluye el comercio energético, Argentina ya habría registrado un déficit comercial de U$S 973 millones en la primera mitad de 2025.
El giro de la OPEP+ introduce un nuevo foco de incertidumbre para la economía argentina. La situación se vuelve más sensible al considerar que la Cuenca Neuquina, donde se encuentra Vaca Muerta, explica más del 70% de la producción nacional de petróleo y gas. Una baja sostenida en los precios internacionales podría comprometer tanto los ingresos por exportaciones como las inversiones en el sector.
A futuro, la presión sobre la cotización del crudo podría intensificarse si la OPEP+ avanza con nuevos aumentos de oferta o si se debilita la demanda global.
La Agencia Internacional de la Energía proyecta un superávit de hasta dos millones de barriles diarios en el cuarto trimestre del año, mientras que analistas de JPMorgan y Goldman Sachs prevén un precio del barril Brent en torno a los U$S 60 hacia fin de año, lejos de los más de U$S 90 que Arabia Saudita necesita para equilibrar su presupuesto.
En este contexto, el giro de la OPEP+ no solo modifica el tablero energético internacional, sino que también introduce un nuevo foco de incertidumbre para la economía argentina, que depende en gran medida de mantener un precio internacional del crudo competitivo para sostener su frágil equilibrio externo.
Fuente: El Economista