EL anuncio hecho la semana pasada sobre la adquisición del proyecto Windpeschi en La Guajira por parte de Ecopetrol a Enel por US $50 millones, se creyó que esta medida impulsaría de forma imparable el desarrollo de la energía eólica dentro del programa de transición emprendido por el gobierno. Sin embargo, esta situación no es así. Por el contrario, este proyecto, que tendrá una capacidad de 202 MW, forma parte de un abanico de iniciativas en este sector que en realidad son pocas para el objetivo que se persigue para la transición energética.
Sin duda, la importancia del proyecto eólico Windpeshi para el país es tal que, de no concretarse, frenará la transición energética en Colombia. Lo verdaderamente preocupante, a la hora de hacer un balance en este sector que debe generar energía limpia, es que, de acuerdo con los datos de la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), este proyecto, junto con 61 más, todavía se encuentra en etapa de prescripción. Del total de proyectos de generación de energía eólica registrados, solo 13 están vigentes.
Image energía Piloto de energía eólica en La Guajira quedó en el aire Los vigentes En cuanto a los proyectos eólicos vigentes, Magdalena, La Guajira y Atlántico lideran en los departamentos con el mayor número de proyectos en esta condición, con cuatro para el primero y tres para los dos siguientes. En Magdalena, los proyectos son Céfiro I y Céfiro II, Parque eólico fluvial Río grande de la Magdalena y La Pola Bambú. Los tres proyectos que están en La Guajira se ubican en el municipio de Uribia (Parque eólico Cerrito, Tolokot y Parque eólico Jouttalien) y aquellos en Atlántico (Salvador, Yaguaro y Parque eólico Caladio) están en los municipios de Tubará y Pio.
La importancia de concretar estos proyectos radica en que representarían el ingreso de 1.818 MW a la red nacional. Esto, a su vez, contribuiría al alivio de las tarifas de energía en regiones como la Costa Atlántica, un punto sugerido por los gremios energéticos tras la publicación del anteproyecto del Ministerio de Minas y Energía sobre la modificación en las tarifas.
Asimismo, los proyectos que se encuentran en etapa de prescripción suman 11.915 MW de capacidad y entre ellos se encuentran proyectos como OWF Astrolabio, OWF Barlovento, OWF Bergantin, OWF Galeón y OWF Goleta, todos ubicados en la costa Atlántica y que tienen una capacidad de 825 MW cada uno. Por otra parte, y de acuerdo con un estudio de la Universidad Nacional, entre 1981 y 2020 la potencia del viento en el Caribe colombiano se ha reducido un 15%, fenómeno que se relacionaría con un ciclo natural del Chorro de Bajo Nivel del Caribe, una corriente atmosférica determinante para el régimen de vientos en la región.
Señala el análisis, que el Chorro de Bajo Nivel del Caribe funciona como una autopista aérea que cruza el sur del mar Caribe, a la altura del norte colombiano. Esta gran corriente de viento se forma por las diferencias de presión atmosférica y temperatura superficial entre el océano Atlántico tropical, el mar Caribe y el Pacífico oriental. Al llegar a la Región Caribe, especialmente a La Guajira, el viento se encuentra con las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá generando un efecto embudo que lo acelera y lo vuelve más constante.
Haga clic aquí para seguirnos en el canal de WhatsApp Viento potente Ese aire en movimiento, invisible, pero potente, es el que hace girar las turbinas de los parques eólicos y que convierte a esta región en una de las más prometedoras del país para generar energía con el viento; sin este Chorro, La Guajira no tendría su reconocido potencial energético. Sin embargo, en los últimos 30 años ha perdido potencia, y una de las posibles razones es la variabilidad climática natural en la región. Esto fue lo que encontró el investigador David Garzón Casas, magíster en Meteorología de la UNAL, quien revisó los datos de viento en 25 estaciones meteorológicas del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) y de la Dirección General Marítima (Dimar), ubicadas alrededor de la Región Caribe de Colombia, para analizar cuál ha sido el comportamiento del viento, además de otros datos in situ y de información de reanálisis climáticos históricos.
“En el norte del Magdalena, a unos 10 km del mar Caribe, hay una corriente de viento importante que aún no ha sido estudiada a fondo, pero que se convertiría en un fenómeno relevante para el futuro energético del país”, asegura el experto.
Fuente: El Nuevo Siglo